jueves, 21 de marzo de 2019
BARTOLOMÉ NIETO JIMÉNEZ (31-08-40)
Bartolomé Nieto Jiménez nació en Grajos (San Juan del Olmo), provincia de Ávila, el 24 de agosto de 1914. Desplazado como consecuencia de los bombardeos sobre la capital, en marzo de 1937 contrajo matrimonio en Burjasot (Valencia) con Felipa Moral, natural de Cerezo de Arriba (Segovia)
En Madrid formó parte del cuerpo de Guardias de Asalto de la República.
Detenido al finalizar la guerra, estuvo preso en la cárcel de Comendadoras. Condenado a muerte por "Adhesión a la rebelión" en el sumario nº 50972 del Tribunal Militar letra A, fue fusilado junto a las tapias del Cementerio del Este el 31 de agosto de 1940.
miércoles, 13 de marzo de 2019
SANTOS MAÑES MAÑES (08-10-40)
Santos Mañes Mañes (Archivo familiar) |
Santos Mañes Mañes nació en Embid de la Rivera (Zaragoza) el 1 de noviembre de 1890. Residió en Madrid. Militante de Izquierda Republicana. Fue fusilado en el Cementerio del Este el 8 de octubre de 1940 a los 49 años de edad.
Santos Mañes Mañes y su carta "de capilla" (Archivo familiar) |
A juzgar por su contenido, la
carta de capilla de Santos Mañes consiguió burlar la censura de sus carceleros
de la prisión de Porlier y llegar al exterior por canales alternativos al
oficial. Santos escribió la carta en la noche del 7 de octubre de 1940, seguramente a lápiz. En la madrugada del día siguiente sería fusilado en el Cementerio del Este. El original debía de amenazar con
desintegrarse y, antes de que eso ocurriera, alguien de la familia decidió mecanografiar su contenido. La carta tiene dos partes diferenciadas. En la
primera, Santos se dirige a sus amigos, y en la segunda, a su familia,
singularmente a sus 10 hijos. Llama la atención la entereza y serenidad que
transmite, así como su compromiso con la causa que le cuesta la vida.
Transcripción de la
carta de capilla de Santos Mañes
En capilla a 7 de octubre de
1940. Querido amigo Vicente: Como te dije personalmente, harás el favor de
mandar la ropa a casa, las cartas todas las quemas, los materiales disponéis
los tres de ellos en la forma que queráis. Noticias a mi casa desearía que
pasaran un par de días para que se enteraran. Con ello quiero evitar que vayan
a verme al cementerio, así se lo harás saber si tienes ocasión de hablar con
ellos. Son las dos de la madrugada y han pasado estas horas sin darme cuenta,
podéis creer que todo se reducirá al momento de la ejecución. Había conseguido
del “Bárbaro” que bajarais, pero como buen jesuita ni palabra mala ni obra
buena, paciencia una vez más. Caspe te admiro, en ello condenso todo el cariño
que te profeso, recibe mi último abrazo. S. Mañes.---- Isidoro, despídeme de
todos los amigos, les das un abrazo de mi parte y tú los recibes de tu buen
amigo S. Mañes. ---- Vicente un abrazo más extenso a toda la sala. S.
Mañes--------
Madrid, en la capilla de Porlier a 7 de Octubre de 1940. –
Queridos hijos: En los últimos momentos de mi vida, quisiera dirigirme a
vosotros. No sé si el entendimiento me responderá, aunque os aseguro que estoy
completamente tranquilo, con la tranquilidad que proporciona una conciencia
limpia y honrada. No sé si debo justificar ante vosotros mi actuación sostenida
durante la guerra contra el régimen fascista. Los hijos pequeños no lo
comprenderán y de los mayores es sobradamente conocida mi actuación que, basada
en la más estricta honradez, nunca rehusé el puesto que me fue confiado y sin
duda esto es lo que me priva de la vida, sintiéndome orgulloso de haberlo hecho
así. Y si algún dolor me causa, sois vosotros. Por vosotros y por una sociedad
mejor luché y caí, nunca os avergoncéis de mí ni de mi muerte. Llevar la cabeza
alzada como corresponde a toda persona decente y seguir la trayectoria que
vuestras conciencias os dictan pero como hasta aquí: con la brújula hacia la
clase trabajadora.
Quisiera dedicar unas frases a cada uno de vosotros y no
encuentro palabras ponderativas que expresen lo que significáis para mí.
¿Hijos? Es poco, porque hijos lo sois por el hecho de haber venido al mundo.
Pero hijos cariñosos, comprensivos, trabajadores, honrados, valientes y sobre
todo de un cariño hacia sus padres que por mucho que hiciera por vosotros
siempre estaría en deuda. Una cosa os pido en estas últimas horas: que si es
posible aumentéis hacia vuestra madre el cariño todo que a mí me profesaba.
¡Pobrecilla! Por mí, que la tuve siempre esclavizada. Por vosotros ¡erais
tantos! que no hizo más que trabajar para teneros siempre limpios. ¿Debéis
ocultarle mi muerte? No sé qué aconsejaros, pienso que sería mejor silenciarlo,
pero vosotros con más juicio obraréis en consecuencia.-
Carmen, ya desapareció el obstáculo para tu boda, cásate y sé
muy feliz. Mírate en el espejo de tu padre y procura hacer feliz a tu
compañero. Para Enrique un abrazo de mi parte. – Antonio, nada te digo. Me has
demostrado repetidas veces que eres digno de mí, con tu inteligencia lleva esa
pesada nave que te dejo por herencia y con tu tacto lima las asperezas que
surjan en la familia. – Loli eres toda corazón ¡cuánto te quiero! ¿Más que a
los demás? No, pero es que todo en ti es bondad. ¡Qué feliz harás al hombre que
a ti se una! .- Antoñita, tan pequeña como eres y esta ingrata sociedad te
obliga a llevar el papel de madre. Recibe en premio mi último beso. – Santitos,
Pascualín, Carlitos, Enrique, Natachina, ya os explicarán vuestros hermanos mayores
quién fue y por qué murió tu padre. – Rogelio, cómo se demostrará tu corazón.
Ten valor como yo lo tengo y a luchar. – Besos, besos, muchos besos de vuestro
padre S. Mañes.
miércoles, 6 de marzo de 2019
JESÚS VILLAVERDE PETRALANDA (21-03-42)
Jesús Villaverde Petralanda (Archivo familiar) |
Jesús Villaverde Petralanda nació en San Vicentejo, Araba, en 1914. Fue fusilado en el Cementerio del Este, el 21 de marzo, 1942 junto a su hermano Justo.
Tres hermanos más sufrieron también las consecuencias del triunfo del golpe militar de 1936 contra la II República:
Pedro Villaverde Petralanda: nacido en Madrid, 1915. Huyó a Francia en 1939. Se incorporó en la 109 Compañía de Trabajadores Extranjeros que fue enviada a la línea Maginot. Fue capturado cerca de Delle el 21 de junio, 1940. Pasó por el Frontstalag 140 de Belfort y el Stalag XI B de Fallingbostel. Murió en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen el 14 de noviembre, 1941.
Victoriano Villaverde Petralanda: nacido en Madrid, 1920. Huyó a Francia en 1939. Se incorporó en el 23 Regimiento de Marcha de Voluntarios Extranjeros. Murió en la batalla de Soissons el 8 de junio, 1940. Enterrado en Oigny-en-Valois.
José Luis Villaverde Petralanda: nacido en Bilbao, 1908, preso de 1939 a 1944 en el Fuerte de San Cristóbal y en Porlier. Con la salud perjudicada por los años de cárcel, murió en Madrid en 1950.
Sus hijos, nietos, biznietos y tataranietos se hayan en España, los Estados Unidos, y Canadá manteniendo la memoria viva.
Fuente: Elena Cerrolaza Villaverde
JUSTO VILLAVERDE PETRALANDA (21-03-42)
Justo Villaverde Petralanda (Archivo familiar) |
Justo Villaverde Petralanda nació en San Vicentejo, Araba, 1911. Fusilado en el Cementerio del Este, el 21 de marzo, 1942 junto a su hermano Jesús.
Tres hermanos más sufrieron también las consecuencias del triunfo del golpe militar de 1936 contra la II República:
Pedro Villaverde Petralanda: nacido en Madrid, 1915. Huyó a Francia en 1939. Se incorporó en la 109 Compañía de Trabajadores Extranjeros que fue enviada a la línea Maginot. Fue capturado cerca de Delle el 21 de junio, 1940. Pasó por el Frontstalag 140 de Belfort y el Stalag XI B de Fallingbostel. Murió en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen el 14 de noviembre, 1941.
Victoriano Villaverde Petralanda: nacido en Madrid, 1920. Huyó a Francia en 1939. Se incorporó en el 23 Regimiento de Marcha de Voluntarios Extranjeros. Murió en la batalla de Soissons el 8 de junio, 1940. Enterrado en Oigny-en-Valois.
José Luis Villaverde Petralanda: nacido en Bilbao, 1908, preso de 1939 a 1944 en el Fuerte de San Cristóbal y en Porlier. Con la salud perjudicada por los años de cárcel, murió en Madrid en 1950.
Sus hijos, nietos, biznietos y tataranietos se hayan en España, los Estados Unidos, y Canadá manteniendo la memoria viva.
Fuente: Elena Cerrolaza Villaverde