Jesús Larrañaga Churruca. Nacido en Urretxu, estudió con los jesuitas en el seminario de Javier, de donde fue expulsado por rebeldía. En 1927 ingresó en el PCE. Comisario de Guerra en la Junta de Defensa de Guipúzcoa, detentó posteriormente cargos de gran responsabilidad en el Ejército republicano. Exiliado en América, el PCE le ordenó regresar a España para efectuar labores en la clandestinidad. Detenido en Portugal en octubre de 1941, fue extraditado a España y fusilado el 21 de enero de 1942.
Cartas desde Porlier
A su esposa.
Querida Carmen: Te escribo momentos antes de perder mi vida ante el piquete de fusilamiento. No sé cuando podrás regresar a España y leer mis últimas impresiones. Quiero decirte algunas cosas de interés. Siempre nos quisimos bien y colaboramos juntos. El hecho de que mi muerte nos separe no borra para ti, no prescribe, el cumplimiento de deberes que nos eran comunes y que, con gran dolor por mi parte, tendrás que cumplir ahora tú sola. Me refiero a nuestros hijos. Quiéreles como madre y atiéndelos solícita y cariñosa, pero, háblales de mi vida, de mi lucha, de mis ideales, de mi muerte… Ellos comprenderán mejor sus deberes como hombres. En estos menesteres te encontraras con ayudas valiosas de aquellos que son camaradas y amigos, a quien tanto debo yo. Es mi última voluntad la de que mis hijos mejoren con su esfuerzo y trabajo el de su padre; es mi deseo el que luchen por un mundo mejor, por una España llena de felicidad, de bienestar y de progreso. Di a Miren que tiene ya 15 años, a Eustaqui que tiene 14 y a Rosita que pronto cumplirá 8, que les quiero mucho y muero acordándome de ellos. Querida Carmen, hasta siempre. Besos y abrazos de tu esposo que te quiere. Madrid, madrugada del 21-1-42
A su esposa.
Querida Carmen: Te escribo momentos antes de perder mi vida ante el piquete de fusilamiento. No sé cuando podrás regresar a España y leer mis últimas impresiones. Quiero decirte algunas cosas de interés. Siempre nos quisimos bien y colaboramos juntos. El hecho de que mi muerte nos separe no borra para ti, no prescribe, el cumplimiento de deberes que nos eran comunes y que, con gran dolor por mi parte, tendrás que cumplir ahora tú sola. Me refiero a nuestros hijos. Quiéreles como madre y atiéndelos solícita y cariñosa, pero, háblales de mi vida, de mi lucha, de mis ideales, de mi muerte… Ellos comprenderán mejor sus deberes como hombres. En estos menesteres te encontraras con ayudas valiosas de aquellos que son camaradas y amigos, a quien tanto debo yo. Es mi última voluntad la de que mis hijos mejoren con su esfuerzo y trabajo el de su padre; es mi deseo el que luchen por un mundo mejor, por una España llena de felicidad, de bienestar y de progreso. Di a Miren que tiene ya 15 años, a Eustaqui que tiene 14 y a Rosita que pronto cumplirá 8, que les quiero mucho y muero acordándome de ellos. Querida Carmen, hasta siempre. Besos y abrazos de tu esposo que te quiere. Madrid, madrugada del 21-1-42
A su hermana.
“Querida María Josefa: Voy a morir dentro de unas horas y lo haré tranquilo y sereno como me corresponde. Debes estar orgullosa de mí. Muero como he vivido. Con la dignidad y la satisfacción que da el cumplimiento del deber. Cuida bien de los chavales. Quiéreles mucho, pero sobre todo edúcales en la misma línea que la de tu hermano. Y tú, que eres inteligente, entusiasta y buena, mejora tu trabajo, estudia y contribuye con tu esfuerzo a la causa que nos es común. Lucha, María Josefa por nuestros ideales, por Euskadi feliz, por una España digna del pueblo español. Fuertes abrazos de tu hermano que te besa."
“Querida María Josefa: Voy a morir dentro de unas horas y lo haré tranquilo y sereno como me corresponde. Debes estar orgullosa de mí. Muero como he vivido. Con la dignidad y la satisfacción que da el cumplimiento del deber. Cuida bien de los chavales. Quiéreles mucho, pero sobre todo edúcales en la misma línea que la de tu hermano. Y tú, que eres inteligente, entusiasta y buena, mejora tu trabajo, estudia y contribuye con tu esfuerzo a la causa que nos es común. Lucha, María Josefa por nuestros ideales, por Euskadi feliz, por una España digna del pueblo español. Fuertes abrazos de tu hermano que te besa."
Me llamo Paloma Hernández Gayoso. Soy nieta de Antonio Hernández Pérez. Mi abuelo Antonio fue fusilado el día 21 de enero de 1.942. Tenía 47 años. Estaba casado y dejaba 7 hijos. El más pequeño, Basilio Juan(mi padre), tenía sólo 7 añitos. El día del fusilamiento, mi abuelo y Jesús Larrañaga estaban juntos en la hilera del pelotón. No sé si se conocían, pero sé que ambos (Antonio Hernández y Jesús Larrañaga) estaban uno al lado del otro cuando les dispararon y murieron en las Tapias del Cementerio del Este. Quiero enviarles mi amor y mi respeto a ellos y a todos los que fueron víctimas de aquella atrocidad. Hacerles saber cuanto admiro su fuerza y su valentía. Que esta pequeña cartita mía les sirva como homenaje y como recuerdo. Un beso mi querido abuelo y un ¡hurra! por todos vosotros, que permanecéis en nuestros corazones.
ResponderEliminarHola, Paloma. Muchas gracias por tu texto de homenaje y recuerdo. Creo que Antonio Hernández Pérez no tiene aún su biografía en este blog. Si quieres, solo tienes que escribirnos a webmaster@memoriaylibertad.org
ResponderEliminarUn abrazo.
Tomás
Querido Tomás:
ResponderEliminarMuchas gracias por publicar mi pequeño homenaje y gracias por la labor valiosísima que estáis realizando. Es cierto, mi abuelo aún no tiene su biografía en el blog. Voy a hablar con un primo mío y con mi hermano y espero que podamos enviárosla pronto a la dirección de correo electrónico que me indicas.
Un abrazo fuerte y, de nuevo, muchas gracias.
Paloma