"(...) Regentaba un taller de mecánica en la calle Ayala de Madrid, en el que trabajaba mi padre de aprendiz. Sé que se casó durante la república y que era miembro de la CNT-FAI, que era un hombre de sólidos principios morales y que durante la guerra salvó la vida a catorce monjas, camuflándolas entre el personal de la Comuna de la que era, al parecer, comandante. Dichas monjas parece que declararon a su favor en el juicio y que ciertos miembros de mi familia, muy allegados a algun arzobispo, solicitaron un indulto al Papa, el cual llegó (¿casualidad?) el día después de su fusilamiento. Y hasta que no encontré por casualidad su nombre en internet, desconocía la fecha de su fusilamiento, aunque sí sabia que fué en la tapia del cementerio. Lo único cierto es que debió ser una gran persona por la obra que hizo con mi padre, que era un hombre integro, trabajador, sincero, dulce y cariñoso, que arrastró la pesada carga de haber perdido una guerra.(...)"
Maite Martín Camuñas, sobrina.
"Anoche soñé, si, soñé….Hacía tanto que no soñaba….tenía miedo de mis sueños, de la muerte, la guerra, la miseria, las humillaciones, el hambre, el exilio, la distancia de los míos….Sí, hacía mucho que no me permitía soñar. Pero anoche no pude controlar el sueño, y por una vez fue bello, grato, soñé…. “Era una mujer que se enfrentaba al gobierno del país para lograr la reposición del nombre de mi tío José Martín-Camuñas, pero lo más inédito del sueño es que en el gobierno me daban toda la razón y prometían realizar las gestiones para restaurar su memoria. Es lo único que pido, no quiero venganza, ni remuneración económica, sólo que se diga públicamente que mi tío fue un honrado trabajador que defendió unos ideales y un gobierno libremente elegido por el pueblo de unos traidores golpistas, que no dudaron en declarar una guerra entre hermanos para hacerse con un poder que les negó el pueblo. A los míos les arrebataron no sólo un hermano, un hijo, un marido, les arrebataron las lágrimas que no pudieron derramar por miedo, los conocimientos y la dignidad de un hombre recto, gentil, amante de los suyos y con un gran sentido del humor. Poco quedaba de todo eso aquella madrugada en que lo llevaron en un camión con la boca taponada con un taco de madera para impedirle cantar y así ahuyentar el miedo y lo pusieron contra la tapia de un cementerio sin el abrigo de los suyos. A la orden de ¡FUEGO! cobardemente lo fusilaron. Ya no había una guerra, fue una venganza y después de muchos años comprendí que quisieron matar en ellos las ideas, la democracia, LA LIBERTAD. Mientras, engañaban al pueblo diciendo que la Nación era Una Grande y Libre, mientras perseguían y asesinaban a hombres, mujeres y niños, cómo en el caso de las Trece Rosas, fusiladas y condenadas por delitos que no cometieron. Anoche soñé que todos los asesinados tras aquella cruel contienda, aquellos “perdedores” eran dignificados y su memoria restaurada. Sus nombres brillaban en placas describiendo sus heroicidades y sus realidades. Que públicamente se decretaba que esos nombres entraran a formar parte de la historia que aprenderán nuestros hijos, que sabrán en libros de texto toda la verdad y no medias verdades como hasta hoy. Y anoche soñé…… "
Homenaje 2009
"Anoche soñé, si, soñé….Hacía tanto que no soñaba….tenía miedo de mis sueños, de la muerte, la guerra, la miseria, las humillaciones, el hambre, el exilio, la distancia de los míos….Sí, hacía mucho que no me permitía soñar. Pero anoche no pude controlar el sueño, y por una vez fue bello, grato, soñé…. “Era una mujer que se enfrentaba al gobierno del país para lograr la reposición del nombre de mi tío José Martín-Camuñas, pero lo más inédito del sueño es que en el gobierno me daban toda la razón y prometían realizar las gestiones para restaurar su memoria. Es lo único que pido, no quiero venganza, ni remuneración económica, sólo que se diga públicamente que mi tío fue un honrado trabajador que defendió unos ideales y un gobierno libremente elegido por el pueblo de unos traidores golpistas, que no dudaron en declarar una guerra entre hermanos para hacerse con un poder que les negó el pueblo. A los míos les arrebataron no sólo un hermano, un hijo, un marido, les arrebataron las lágrimas que no pudieron derramar por miedo, los conocimientos y la dignidad de un hombre recto, gentil, amante de los suyos y con un gran sentido del humor. Poco quedaba de todo eso aquella madrugada en que lo llevaron en un camión con la boca taponada con un taco de madera para impedirle cantar y así ahuyentar el miedo y lo pusieron contra la tapia de un cementerio sin el abrigo de los suyos. A la orden de ¡FUEGO! cobardemente lo fusilaron. Ya no había una guerra, fue una venganza y después de muchos años comprendí que quisieron matar en ellos las ideas, la democracia, LA LIBERTAD. Mientras, engañaban al pueblo diciendo que la Nación era Una Grande y Libre, mientras perseguían y asesinaban a hombres, mujeres y niños, cómo en el caso de las Trece Rosas, fusiladas y condenadas por delitos que no cometieron. Anoche soñé que todos los asesinados tras aquella cruel contienda, aquellos “perdedores” eran dignificados y su memoria restaurada. Sus nombres brillaban en placas describiendo sus heroicidades y sus realidades. Que públicamente se decretaba que esos nombres entraran a formar parte de la historia que aprenderán nuestros hijos, que sabrán en libros de texto toda la verdad y no medias verdades como hasta hoy. Y anoche soñé…… "
Homenaje 2009
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