miércoles, 25 de junio de 2008

TOMÁS MONTERO LABRANDERO (14-06-1939)

 
TML

 Nació en Majadahonda el 21 de diciembre de 1909. El fue el segundo hijo de los cinco que tuvieron mis bisabuelos Severiano Montero Bustillo y Ciriaca Pilar Labrandero.

"El palabras", como le apodaban, se casó por lo civil el 26 de julio de 1936 con Faustina Montero. Se dedicaba a labores agrícolas y participó en el Comité del Pueblo que se creó para defender la legalidad republicana ante el levantamiento fascista.

La salvaje destrucción de Majadahonda por la aviación de Hitler y la ofensiva de las tropas moras de Asensio, lograron ocupar el pueblo el 4 de enero de 1937. Sus habitantes habían tenido que huir con lo puesto a otras zonas, estableciéndose el Comité de Defensa en Torrelodones, donde fueron a parar la mayor parte de sus vecinos.

Mi padre nació en Carabaña el 27 de enero de 1938. Poco más sabía de mi abuelo hasta que en unos expedientes aparecieron los datos de su detención el 5 de mayo de 1939, su ingreso en la Prisión de Yeserías (con una salida registrada el 13 de mayo para asistir a Consejo de Guerra), su traslado a Porlier el 30 de mayo y su fusilamiento en las tapias del Cementerio del Este el 14 de junio de 1939. Tomás Montero Labrandero fue represaliado, como el resto de vecinos y vecinas de Majadahonda que defendieron la República, antes incluso de que se instruyeran las diligencias previas del Juicio Sumarísimo nº 1822, cuya inconsistencia provoca su sobreseimiento posterior por el juez instructor.
Tomás Montero Labrandero y su compañera Faustina.


Para entregar a
Anverso

Juan Alvarez Labran-
dero. Galeria 3 ª Sala 5ª
Porlier  Adios Martin –
ay te mando el monedero con 6 pesetas
y mi sortija para que tengas un
Reverso
recuerdo mio, adios para siempre,
que tengais suerte todos, adios


Reverso:

Martin me despido de ti y de to-
da la familia para siempre.
Adios a todos tu primo
Tomás Montero











"La primera carta
Abuelo,
lo demás me da igual, Dios murió antes de que yo naciera…
Solo quería saber de ti lo que ni tu mujer ni tu hijo pudieron contarme nunca y ver tu imagen en algún retrato, donde poder leer en una mirada transparente “me despido de ti y de toda la familia para siempre. Adiós a todos…”
Cómo sería posible no responderte, aún 70 años después que lo escribieras, a 75 días del final de la República, y de madrugada, en un Madrid sin sueños, solo entre otras 79 almas, también conocedoras de su inminente asesinato por “heridas causadas por arma de guerra”.
Los asesinos, en su regocijo, os avisaban con tiempo. El justo y necesario para despediros de la familia, pero ¡que eternos minutos para saberse inocente!
“ te mando el monedero con 6 pesetas y mi sortija para que tengas un recuerdo mío”
…y gracias que tus últimos pensamientos pudieron llegar a su destino.
Cómo no decirte abuelo que este pedazo de papel doblado en cuatro cachitos, que fue rescatado de alguna rendija en los muros de Porlier o comulgó por obligación con alguna sotana para que llegara a su destino, y que está ahora mismo aquí, a mi lado, es mi gran tesoro.
Lo demás, que es mucho, ya te lo iré contando. Este año, y sabiendo la esperanza de vida de quienes padecen escasez de todo menos de ideales, cumplirías 100 años en diciembre.
Solo quiero que sepas que me acuerdo.
¡Un fuerte abrazo, abuelo!¡Un fuerte abrazo, compañero!
(Seguimos en contacto)

La segunda carta

Hola, abuelo Tomás (por si no te lo había dicho antes, te diré que somos tocayos por algo y me siento muy orgulloso).
Hoy he despertado con ganas de dar batalla y clavarme incluso las espuelas de tu montura, la misma que te ayudaba a llevar el pasto de Majadahonda a Legazpi, para que se alimentara la caballería de guerra.
Te respondía, en mi anterior carta, que conservo como un tesoro tus últimos pensamientos, pero tengo más, te cuento:
hace más de cuatro años que rescatamos vuestros nombres de un listado casi perdido y los enganchamos al viento (así se llamaba la calle donde vivías en el pueblo), para lanzarlos al mundo entero y escribir vuestra noble historia arrebatada. Ahora el viento se conoce como internet.
Seguro que te cuesta creerlo, pero gracias al viento y al inquebrantable mensaje que portaba, nos hemos podido abrazar con otros nietos, hijos y sobrinos de asesinados, con muchos camaradas y amigos que tuvieron que soportar la suerte de una vida sin libertad y sin futuro y que, incluso, compartieron cárcel contigo.
Gracias al viento, hoy puedo escribirte y entender tus respuestas. Hoy puedo decirte que, buscándote, me conozco más, aunque solo sea porque tú lo supiste primero.
Supongo que te llegarían los claveles y deseos del año pasado. Entre familiares y amigos nos juntamos unos cuantos para deciros a la vez gracias, muchas gracias por Todo, con mayúsculas.
También intuyo que, además de claveles (los llevaré a la tapia de todas las maneras) preferirías que siguiera luchando por las nobles y justas ideas que defendiste y, sobre todo, por seguir sacando legumbres de las tierras que no consiguieron arrebatarte.
Abuelo, de alguna manera, llevamos tiempo sembrando aquellos surcos que dejaste a medias, para que puedan alimentarnos de dignidad algún día. Si te busco, si alguien busca a un luchador, es inevitable que sea para seguir su lucha.
En eso estamos"
(te sigo escribiendo)

Homenaje 2009

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Ayer, después de más de 76 años, recibí carta del abuelo Tomás en forma de fotocopia. Y aunque no iba dirigida a mí ni a mi padre (su único hijo a pesar de la premura) , o eso deben creer sus insensibles albaceas, he sentido tan actual su correspondencia, tan cercana, que me he tomado el tiempo urgente y necesario para transcribirla, enmendando la imposible ortografía de un hombre del pueblo sin escuela en la España brutal de Alfonso XIII, pero que tuvo el coraje de escribir con una pluma de puño sus palabras de angustia, de solidaridad y de despedida.
Conservo la foto en la que aprendió a escribir en su reverso con trazo diestro su letra favorita: la M mayúscula de Madre, de Montero, de Majadahonda, de Madrid…, y al final de Muerte. 

A pesar de lo reducido de la Tarjeta Postal que el Régimen permitía enviar a cambio de las obligadas loas a Franco y a España (¡y aún hay hoy  quien se pregunta por qué sentimos tanta antipatía a determinadas palabras entre signos de admiración!), de la censura previa y posterior, de la hora oscura y desvencijada para el trazo en la que ya pasó la saca y los fusilados seguían allí, Tomás Montero Labrandero apuntó los nombres de los compañeros del pueblo que le habían acompañado desde Yeserías a Porlier la semana anterior y que serían fusilados junto a él a la semana siguiente, y se interesó además por los que quedaron atrás, por la comida que debían conseguir y repartir, por los avalistas que nunca respondieron, por la familia, por todos sus paisanos.
 “No te he escrito antes por falta de tiempo, porque como esto no cambie no sabemos qué pasará”.  Y como bien dice mi amiga Remedios, esto no cambió.

Abuelo, seguimos en contacto, seguimos en ello.
(TMA, 18-10-15)


"Año de la Victoria. En Porlier a 7 de junio 1939. 
Querida hermana Juana, mucho me alegraré que al recibo de estas cuatro letras disfrutes de la mayor salud en compañía de tus hijas, madre y toda la demás familia, que es mi mayor alegría. Yo quedo bien gracias a dios, en compañía de Martín, Luciano, Candelas, Ángel, Eusebio, el orejas, el tío Emilio, el tío Justo. Todos quedamos bien por hoy. Juana, ayer bien te vimos a ti, Faustina y Ángel, pues no sabemos si nos visteis a nosotros pues nosotros os vimos cuando subisteis, bajasteis y luego subiste tu sola y ya no os volvimos a ver, así que no sabemos si nos veríais, pues nosotros estamos muy cerquita en la 3 ventana así que ya lo sabéis. Juana, también me dirás si siguen todos los que estaban con José allí, pues yo le escribí el otro día pero como ellos no pueden escribir hasta el día de paquetes…pues mañana o pasado espero carta de él. Así que ya lo sabes, Juana, le dices al abuelo que para el lunes que viene, si llegamos, dice Luciano que en vez de traer la comida en un paquete solo lo traiga en dos con el fin de meterle más comida y pan. Juana, no te he escrito antes por falta de tiempo, porque como esto no cambie no sabemos qué pasará, así que le das muchos recuerdos a todos los de la familia y a los del pueblo que te pregunten por mí, y a Cándido y _____. Y dime si ha venido Julio, y besos para María. Sin más por hoy, tu recibes un cariñoso saludo de tu hermano y un millón de besos para Madre, Pilar y Josefina y para todos. Y tú recibe los que quieras de tu hermano, que no te olvida y lo es.
Recuerdos de Luciano y Martín y de todos los que estamos del pueblo. Adiós.
Tomás Montero"

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