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Tomás Bravo Montero con el uniforme de Carabinero durante la guerra civil española
(Fotografía cedida por su familia)
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Tomás Bravo Montero nació en Villanueva del Pardillo, provincia
de Madrid, en 1918. Sus padres fueron Leocadio, nacido en el mismo municipio, y
Bernarda, natural de Majadahonda.
Tuvo siete hermanos. Dos hermanastros, Alejandro y Eugenio,
de un primer matrimonio de su madre, que enviudó. Y cinco hermanos: Constancia,
Rafaela, Fermina, Francisca y Gregorio. Tomás fue el quinto de los seis hijos
que tuvieron sus padres.
De niño debió estudiar en la Escuela del pueblo y sabemos
que ayudó a Benito con sus ovejas, además de dedicarse a las labores del campo,
que era la actividad principal del Pardillo y de gran parte del país en
aquellos años.
Se afilió a las Juventudes Socialistas Unificadas y a la
Sociedad de Trabajadores de la Tierra de la Unión General de Trabajadores. Atendiendo los llamamientos realizados desde las Juventudes
Socialistas Unificadas desde el inicio
de la sublevación militar contra el gobierno de la República, se alistó como
voluntario, ingresando en el cuerpo de carabineros e integrándose en la Tercera
Brigada Mixta.
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Las fuerzas de la Tercera Brigada de Carabineros formadas ante el general Miaja momentos antes de serles entregada la bandera de la República (La Vanguardia, 18 de junio de 1937. Colección documental de Antonio Moreta) |
En el curso de la guerra civil su Brigada tuvo como base la
zona de Fuencarral en Madrid, participando en distintos frentes y operaciones
militares.
A finales de diciembre de 1936 fue enviada al frente andaluz para
frenar la llamada “ofensiva de la
aceituna”, llevada a cabo por el general rebelde Queipo de Llano para hacerse
con el control del importante recurso que suponía el aceite de oliva.
A
principios de 1937 participó en la contraofensiva gubernamental para recuperar
posiciones en la zona de Las Rozas en Madrid.
Entre finales de mayo y
principios de junio de ese mismo año, tomó parte en la batalla de La Granja de
Segovia, en apoyo de unidades que trataban de recuperar el Alto del León en la
Sierra de Guadarrama, al norte de Madrid.
En julio de 1937 su unidad participó
de lleno en la conocida batalla de Brunete, combatiendo en la zona del Vértice
Mocha y del Castillo de Villafranca. En marzo de 1938, la Tercera Brigada Mixta
fue trasladada al frente de Aragón coincidiendo con la ofensiva del ejército
rebelde tras la batalla de Teruel, siendo hecho prisionero.
Pasó por los campos de concentración de prisioneros de San
Juan de Mozarrifar en Zaragoza, por el fuerte de San Cristóbal en Pamplona y,
finalmente, por el campo de Miranda de Ebro. El 18 de julio de 1938 fue
integrado en el Batallón de Trabajadores número 18, siendo enviado a Sigüenza
en la provincia de Guadalajara, donde realizó trabajos forzados hasta que logró fugarse, junto al catalán
Agustín Nino y otro compañero, en septiembre de ese mismo año.
Logró llegar a la zona bajo control gubernamental y se
reincorporó al ejército republicano, siendo destinado al centro de
reclutamiento de Hortaleza en Madrid capital. Permaneció en ese destino hasta
el final de la Guerra Civil, alcanzando la graduación de sargento.
Al finalizar la guerra se presentó frente a las autoridades
sin temor, pues las consignas de ese momento eran que aquellos que no tenían
delitos de sangre, no tenían nada que temer. Sin embargo, del campo de
concentración que se habilitó en el campo de fútbol del Puente de Vallecas
donde fue inicialmente recluido, regresó a Villanueva del Pardillo y allí fue
denunciado por el entonces alcalde de la localidad.
Fue detenido y encarcelado en la Iglesia de Colmenarejo,
habilitada como prisión provisional, junto a otros prisioneros de Villanueva
del Pardillo. Estando cautivo allí, recibió una brutal paliza que estuvo a
punto de costarle la vida.
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Portada del
expediente del Consejo de Guerra contra Tomás Bravo Montero, conservado en el
Archivo Militar Judicial de Madrid.
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El 16 de junio de 1939 se decretó prisión por el Juzgado
Militar a resultas del Procedimiento Sumarísimo de Urgencia número 580 que se
le había abierto por el delito de Adhesión a la Rebelión, en ese giro perverso de
la justicia franquista que supuso acusar de rebelión a aquellos que habían
permanecido fieles al gobierno legítimo de la Segunda República española.
Fue conducido a la prisión de San Lorenzo de El Escorial,
cabeza de partido judicial al que pertenecía Villanueva del Pardillo. Y de ahí
fue trasladado el 5 de septiembre de 1939 a Madrid, donde fue sentenciado a la
pena de muerte.
En el juicio sumarísimo de urgencia fue acusado falsamente
de que quizá hubiera tenido algo que ver en la desaparición de tres vecinos de
Villanueva del Pardillo que estaban residiendo en Brunete desde la evacuación
de este pueblo en enero de 1937. Cuando el día 6 de julio fue tomado Brunete por la II División al mando
de Enrique Líster, la Tercera Brigada Mixta de Tomás Bravo Montero estaba, y lo siguió estando durante toda la
batalla, a varios kilómetros de distancia, entre las decenas de miles de soldados que tomaron
parte en ella.
La ejecución de la sentencia se llevó a cabo el 17 de
noviembre de 1939, cuando fue fusilado en las tapias del Cementerio del Este,
hoy de la Almudena.
Su cuerpo pudo ser recuperado por su madre, Bernarda
Montero, y descansa en una tumba de este mismo cementerio junto a ella y sus
hermanos Gregorio y Constancia.
Antonio Moreta (Máster en Historia Contemporánea por la U.N.E.D.)