"Una mañana del mes de Noviembre las hondas de “Radio Petate" de Porlier empiezan a poner en órbita, que a la mañana siguiente iba a ser ejecutado un compañero que se hallaba condenado a Garrote Vil. Todos sabíamos de quien se trataba, puesto que en aquellos momentos nadie se encontraba salvo uno con esta condena: José. ¡Como veis hasta para morir hay distinciones! Si la noticia, de una saca cualquiera que el pan nuestro de cada día, ponía a la prisión en constante tensión, la ejecución que iban a llevar acabo aquella madrugada sirvió, para que la Prisión entera viviera, los momentos dramáticos que vivía el condenado a la misma. Aquel día en Porlier, solo se veían caras angustiadas oprimidas ante la impotencia, de no poder realizar nada para salvar la vida de nuestro compañero. Corrillos cuchicheando que eran disueltos por las porras de los héroes Guardianes de la Prisión, que no eran lo suficiente eficaces para hacernos olvidar lo que se avecinaba y veíamos como minuto a minuto se iba acercando el momento fatal, sin que nosotros pudiéramos hacer nada para impedirlo.
Las fuerzas de ocupación de la Francia de Petaín, por parte de Alemania, y bajo la, acusación, de que siendo Guardia de Asalto, había conducido el coche que había sido trasladado, y ejecutado el Señor Calvo Sotelo, fueron los motivos para que fuere, entregado a la policía Española, el compañero José, para que fuera juzgado. ¿El Tribunal que los juzgó, siempre justo en la Administración de la Justicia, qué pena hubiera impuesto a los que mataron al Teniente Castillo, pocas horas antes de lo sucedido con el Sr Calvo Sotelo? José, tenía que morir, y murió porque así lo habían decretado los alemanes, y sus amigos españoles.
Esta ejecución, la llevaron a cabo con toda la clase de precauciones y seguridad, hasta el extremo que nosotros quedamos encerrados en nuestras galerías, y la Guardia de la Prisión quedó reforzada tanto por la parte de adentro, como por la parte de afuera, y sobre las ocho de la noche lo trasladaron a une de las Celdas de condenados, a esta última pena, fuertemente custodiado. Por fuentes de información dignas de crédito, supimos que los verdugos eran dos muchachos jóvenes, funcionarios de Prisiones, elegantemente vestidos, que comieron y cenaron en la Prisión, y que entraron en la misma sobre las once de la mañana. Por las mismas fuentes de información supimos, que antes de la ejecución, le visitaron altas personalidades franquistas, con objeto de obtener alguna información. Si lo lograron o no, nunca lo supimos. Nuestra creencia fue de que nada dijo, de 1o que pudiera saber. Era todo un hombre incapaz de traicionar a un compañero. Una palabra de él hubiera tenido fatales consecuencias para muchos compañeros, pero esta palabra no la llegó a pronunciar. (Datos obtenidos a través de Casas, Guardia de Asalto destinado en Gobernación, amigo de é1, y en la cárcel de Torrijos, amigo mío). Las fiestas de Navidad, se acercan y se acentúa la ilusión de estos días, pero debido a la cantidad de condenados a muerte, y las sacas, pan nuestro de cada día, la vida es difícil. Es por la peor Prisión que he pasado."