"En 1941 fue enviado a España, desde Cuba, un grupo de cuadros dirigentes del Partido. Isidoro Diéguez, Larrañaga, Girabau y Luciano Sádaba. Este último para hacerse cargo de la JSU. Hicieron escala en Lisboa y fueron detectados o delatados y entregados a la policia franquista. Después de ser torturados en la Dirección General de Seguridad fueron conducidos a prisión. Luciano Sádaba fue destinado a la segunda galería de la cárcel de Porlier, donde le conocí. (...) Sádaba acababa de casarse unos días antes. (...) Era un camarada excelente y aprendí mucho de él y nos llegamos a querer como hermanos. Me hablaba con nostalgia de su reciente esposa, Zoila Ambou (...) Sádaba llevaba siempre consigo una especie de amuleto que le entregó Zoila al despedirse: una pequeña piedra rodada y pulida que ella recogió de la orilla del mar y llevaba siempre consigo.(...)
Una noche le llamaron para ser fusilado, con sus compañeros. Nos fundimos en un abrazo. Así despedí a cientos de camaradas. No pude evitar unas lágrimas, pero él salió con una entereza ejemplar, muy seguro de sí mismo. Me dió su reloj, su pluma estilográfica y toda la ropa que ya no iba a necesitar.
- ¿No me dejas la piedra?
Sádaba levantó su mano: entre el pulgar y el índice sujetaba con fuerza y amor la piedra de Zoila.
- No, esta piedra morirá conmigo."
Marcos Ana. Decidme cómo es un árbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario