Luis Álava Sautu, médico en Vitoria-Gasteiz (hermano de Emilio Álava, subcampeón de Tiro en las Olimpiadas de Helsinki 52) y militante del PNV, fue acusado de espionaje por el aparato franquista y fusilado en las tapias del Cementerio del Este en Madrid el 6 de mayo de 1943.
El oficial encargado de la ejecución, José Calavera, envió la siguiente carta a Emilio, hermano de Luis. «Me place comunicarle que su hermano Luis, a cuya muerte asistí el pasado día 6 de los corrientes, murió de una manera ejemplar y verdaderamente edificante. Puedo decirle a usted que no ha habido ninguno de los que yo he conocido que haya muerto con la resignación cristiana y la preparación y disposición de ánimo tan excelente como la de su hermano, quien pasó toda la noche en la capilla asistido por el capellán de la prisión, dándonos a todos un excelente ejemplo y al tiempo de morir después de abrazarme fueron sus últimas palabras: '¡Adiós en el cielo le espero!'.
"A las siete y diez minutos del 6 de mayo de 1943, junto a la pared del cementerio del Este de Madrid (actualmente la Almudena), un pelotón de 28 soldados acababa con la vida de Luis Álava Sautu y otras nueve personas condenadas en juicio sumarísimos. El dirigente peneuvista había sido acusado por adhesión a la rebelión por dirigir la red de espias que llevaba su nombre y que era el servicio de información del PNV. Franco no escuchó las voces que le pedían clemencia. Desde el general francés Pétain, hasta el nuncio del Vaticano en España o el escritor François Mauriac, personalidades de toda condición, muchos del propio régimen, trataron de evitar aquella muerte. Un asesinato, por cierto, que según el burukide Francisco Javier Landaburu no solo era achacable a la voluntad de Franco, sino también a la torpeza o «imbecilidad» de algunos compatriotas vascos, que no habían avisado a tiempo de que la red de espías podía caer al llegar a manos de la Gestapo en París, tras la invasión alemana, toda la documentación que se tenía en la sede del Gobierno vasco en el exilio en Paris."
"La entrada de las tropas alemanas en París y la ocupación de la sede del Gobierno Vasco en 1940 propiciarán la caída de los integrantes de la organización que dirigía Álava Sautu. La captura de importantes documentos comprometedores en la sede de Eusko Jaurlaritza en París y el retraso de sus responsables en comunicar esta circunstancia a la dirección del Servicio Interior resultarán decisivos, algo que Landabaru achacaba a sus compañeros, entre ellos Leizaola. Luis Álava será detenido en Vitoria el 2 de enero de 1941. Le incautaron un aparato emisor de radio, así como una cierta cantidad de dinero. Tras los primeros interrogatorios intentará descargar la responsabilidad de la red sobre un nacionalista recientemente fallecido, algo que no impedirá la caída del grueso de los miembros del aparato clandestino. Serán detenidos 28 activistas, de los cuales 21 serán procesados en un Consejo de Guerra. La vista se celebró el 21 de junio de 1941 bajo la acusación de 'Adhesión a la Rebelión' [Leer más]
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