Nació en Jaén el 10 de septiembre de 1898. Periodista. Huérfano de padre a los once años. Muy joven, a los quince años, inició su carrera periodística publicando artículos en el diario republicano federal "
lunes, 27 de febrero de 2012
FRANCISCO CRUZ SALIDO (09-11-1940)
Nació en Jaén el 10 de septiembre de 1898. Periodista. Huérfano de padre a los once años. Muy joven, a los quince años, inició su carrera periodística publicando artículos en el diario republicano federal "
domingo, 8 de febrero de 2009
MANUEL MUÑOZ MARTÍNEZ (01-12-1942)
Comandante de Infantería retirado por la Ley Azaña, preside el Partido Republicano Radical Socialista Independiente (PRRSI) de Cádiz en 1933. Ese mismo año, forma parte de la Comisión Parlamentaria que investiga los sucesos de Casas Viejas. En 1934 forma parte del Consejo Nacional de Izquierda Republicana. Tras las elecciones de 1936 es nombrado Gobernador Civil de Cádiz (interino) y poco después de la sublevación, es nombrado Director General de Seguridad.
Exiliado en Francia desde el 28 de enero de 1939, es detenido por la Gestapo en el Finisterre francés en octubre de 1940. Su labor al frente de la DGS hace que se le acuse de las sacas de presos de la Modelo de Barcelona y la Matanza de Paracuellos. Encarcelado en la prisión de la Santé de París, la solicitud de extradición por parte del Gobierno español es examinada en juicio celebrado en enero de 1942. El tribunal concedió la extradición, que fue refutada por el Ministro de Justicia Barthélémy, pero finalmente ordenada por el mariscal Petáin en abril. El 26 de agosto del mismo año, es extraditado a España.
Es condenado a Muerte por un Consejo de Guerra y fusilado en el Cementerio del Este de Madrid.
(En Política, Nº 35-36. Noviembre-diciembre, 1999). Por Fernando Sigler Silvera
[Chiclana de la Frontera (Cádiz), 1888-Madrid, 1942]
En el LX aniversario del final de la guerra civil, parece oportuno traer a la memoria la trayectoria de un personaje histórico representativo de uno de los tipos de víctimas que provocó la sublevación militar contra la II República, la de los exiliados extraditados. Un dirigente andaluz de Izquierda Republicana (IR), Manuel Muñoz Martínez, cuya figura apenas es dibujada con meros trazos por la historiografía relativa al conflicto bélico, aparece a ojos del historiador actual como paradigma del fatal destino propiciado tanto por la sed de venganza del bando triunfante en la contienda como por una coyuntura internacional atenta al pragmatismo del nuevo esquema geopolítico europeo (derivado de las promesas de neutralidad del régimen dictatorial español), que convirtió el exilio francés en un callejón sin salida para significados dirigentes del campo republicano.
Comandante de Infantería retirado, con un brillante expediente profesional máximo grado de la masonería, tras su inicio en los años 20 en la logia "Hermano Vigor" de Cádiz, diputado a Cortes en las tres legislaturas de la n República por la circunscripción gaditana (siendo el más votado en los comicios del Frente Popular), Muñoz había iniciado su actividad política en el radical-socialismo, para presidir el Partido Republicano Radical Socialista Independiente (PRRSI) de Cádiz en 1933 y formar parte más tarde, en 1934, del Consejo Nacional de IR.
Tras la victoria en las urnas en febrero de1936, fue titular del Gobierno Civil de Cádiz con carácter interino, puesto desde el que facilitó la liberación de más de 40 detenidos por los sucesos revolucionarios desarrollados en 1934 en la localidad gaditana Prado del Rey. Apenas unos días después de la sublevación militar contra el régimen constitucional, Muñoz desempeñó uno de los cargos públicos más conflictivos e incómodos de la Administración republicana. En efecto, al haber sido director general de Seguridad, en el ministerio del general Pozas, durante el primer semestre de la guerra civil, su figura ha sido con frecuencia erigida en máxima responsable de las matanzas de la cárcel Modelo, de agosto de 1936, y de las sacas de presos -luego fusilados en Paracuellos- de noviembre del mismo año. La consulta de fuentes archivísticas inéditas permite, no obstante, proyectar nueva luz sobre su actuación en los referidos sucesos, que empañaron en gran medida la autoridad moral de la República.
La nueva documentación habla de su oposición a los procedimientos expeditivos en una situación de desbordamiento en la retaguardia republicana ante el avance de los sublevados hacia Madrid, de su impotencia inicial ante el curso de los acontecimientos y del encauzamiento legal que él mismo propició de la política represiva tras los sucesos de la Modelo, así como de la inexactitud -ya señalada en algún reciente estudio- de las afirmaciones que le atribuyen la responsabilidad directa en las sacas de presos de los primeros días de noviembre. Las nuevas fuentes, en fin, ponen de manifiesto las vicisitudes de la política europea en el período prebélico a propósito de unos refugiados republicanos españoles que alcanzaron el suelo francés como tabla de salvación y que, durante el régimen de Vichy, fueron entregados por la Gestapo al régimen franquista a sabiendas de que su destino no era otro que el paredón. Muñoz Martínez, que el 6 de noviembre de 1936 había marchado hacia Valencia con el Gobierno republicano y quien tras la caída de Cataluña se refugió en el sur de Francia primero y en París después, formaba parte de una lista de dirigentes republicanos cuya extradición el régimen dictatorial recién erigido en Madrid exigió, a través del ministro de Asuntos Exteriores, Serrano Súñer, como una de sus contrapartidas en los pactos secretos con el Gobierno de Pétain-Laval.
Pero el "caso Muñoz Martínez" también pone de manifiesto las diferencias de criterios existentes dentro de la misma administración de Vichy (con un vicepresidente del Consejo -Laval- partidario de hacer las concesiones pedidas por Madrid y un ministro de Justicia -Barthélémy- empeñado en no atender la petición española por tratarse dé una reclamación de carácter político y no penal), al tiempo que desmiente la idea, extendida en numerosos estudios, de que tras la entrega de Companys, en verano de 1940, quedó frenada la extradición de dirigentes republicanos. Muñoz; que había cruzado la frontera hispano-gala el 28 de enero de 1939 Y que había residido en París desde el verano de ese año hasta el del siguiente, fue detenido en el Finisterre francés por la Gestapo, a petición de las autoridades de la dictadura española, en octubre de 1940.
Encarcelado -como lo había estado Companys- en la tenebrosa prisión de la Santé de París, en régimen de incomunicación durante casi un año, resultaron infructuosas las gestiones de un familiar suyo de nacionalidad francesa. Charles Fol, que guardaba amistad con el ministro de Producción Industrial galo, Pucheu, encaminadas a conseguir una atenuación del rigor de su apresamiento. Sometido a juicio en enero de 1942, la Corte de Apelación de París hizo suyos los argumentos de las autoridades españolas, que lo acusaban de "asesinatos y robos" y concedió la extradición, la cual, tras ser refutada por Barthélémy, fue ratificada por Pétain en abril de 1942, pese a la advertencia de aquél de que tal concesión lo "conducirá a una muerte cierta".
En efecto, "decidido por Vichy pero ordenado por Berlín", Muñoz fue entregado por la policía alemana a la española el 26 de agosto de 1942, Dos días después prestó declaración en la Brigada Político Social de Madrid: Encarcelado en septiembre en la prisión de hombres de Conde de Peñalver de la capital, tras ser sometido a una parodia de juicio en el que se conculcaron las más elementales garantías procesales y se aplicó todo tipo de aberraciones jurídicas. Muñoz Martínez fue fusilado en el cementerio del Este de Madrid el 1 de diciembre de 1942.
CARLOS RUBIERA RODRÍGUEZ (28-04-1942)
Abogado y militante socialista, formó parte de la primera Junta de Defensa de Madrid, llegando a Gobernador Civil de Madrid entre el 7 de octubre y el 31 de diciembre de 1936.
A finales de marzo de 1939, fue elegido miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional del PSOE, bajo la presidencia de José Gómez Osorio.
Carlos Rubiera fue detenido en el puerto de Alicante junto al alcalde socialista de Vallecas, Amós Acero Pérez. De Albatera fue trasladado a la cárcel de Porlier y condenado a muerte en juicio sumarísimo.
Fue fusilado en las tapias del Cementerio del Este el 7 de noviembre de 1942.
Fuentes: Ficha de diputado - Más datos
lunes, 8 de septiembre de 2008
JOSÉ GÓMEZ OSORIO (24-02-1940)

miércoles, 2 de julio de 2008
MARIANO MAYORAL MINGO (12-12-1939)

Carmen
lunes, 30 de junio de 2008
AMÓS ACERO PÉREZ (16-05-1941)



(Fuente vallecastodocultura.org)
75 años de la muerte de Amós Acero, primer alcalde democrático de Vallecas (vallecasweb.com)
Carta de capilla:
Estoy viviendo las ultimas horas de mi vida y mi alma se va tras de vuestro recuerdo para llevaros toda la grandeza de mi cariño.
He tenido mala suerte; no ha servido la limpieza de mi vida y la nobleza de mi ejecutoria para impedirlás este desenlace de dolor y de lágrimas.
Me voy del mundo con la satisfacción y el orgullo de haber cumplido con mis deberes, sin daño ni quebranto de nadie. Sembré el bien por doquier hasta entre mis adversarios. La vida me recompensa así. Me siento orgulloso de encontrarme superior a los demás. Sentid también vosotros este digno orgullo mío, y que él sea el lenitivo que enjugue vuestras lágrimas y ahuyente vuestra pena.
No me duele morir, siendo inocente. Lo doloroso seria morir culpable.
Ya no podré pagaros con mis sacrificios y mis ternuras, la abundancia de cuidados y abnegaciones que en mí habéis derrochado. Pero este deber que con tal sublimidad habéis derrochado Dios y la vida os lo recompensaran.
Dolores, hijitos; no lloréis, no sufráis. Lo irremediable no debe haceros penar. Cuídate, no estás bien y los hijitos te necesitan ahora más que nunca. Bésalos por mí, tanto como yo les hubiese besado; erais el cariño y la preocupación más honda y dulce de mi vida.
Continúa su educación llevándolos siempre por la senda de la honradez, dignidad y nobleza por la que ya caminan impulsados por la ejemplaridad de nuestras vidas sencillas.
Solo por vosotros me cuesta tristeza abandonar la existencia y un dolor infinito me acongoja el pensar en los días que os esperan. Pero ¡animo y valor!. Ya vendrán para vosotros y para todos días mejores y mi nombre de sacrificado recuperara el rango moral que me pertenece y que no habrá logrado manchar nadie. Todo este pueblo me conoce y sabe que mi corazón solo tuvo capacidad para el bien.
Adivino el sentimiento general que producirá mi sacrificio en ese pueblo tan poco comprendido y mal interpretado por algunas gentes. Vaya también para él, mi amorosa despedida.
Muero por haberle servido, no en sus violencias ni en sus pasiones posibles, sino en sus humanas apetencias y justas necesidades. Mi obra, mi nombre y mis sueños, ahí quedan. no ignorados ni aun entre los adversarios que tan ligeramente han dado margen a este desenlace.
Oye, Dolores. En este instante supremo, como estimulo para morir orgulloso de mí mismo, vienen a mi memoria todas aquellas instrucciones hijas de mi iniciativa merced a las cuales sembré con entusiasmo entre tantos desvalidos, el lenitivo para sus dolores, la saciedad de su hambre, la moralidad a su conducta y el freno a sus pasiones. Esto me hace estar contento de mí mismo en esta hora suprema de mi vida. ¿Y mis niños de las escuelas? Trozos de corazón que fui dejando en mi camino.
Hijitos, imitadme siempre en mi conducta para con todos. Perdonad como yo les perdono, hasta a quienes os quitan mi amparo, mi cariño y os arrancan las más dolorosas lágrimas de vuestro vivir.
Gonzalo, estudia y trabaja, hijo mío. Por mama, por tus hermanos, por ti. Se digno de Serafina siempre y piensa que por sus virtudes y su abnegación yo la hubiera llamado con satisfacción, mi hija muy querida.
Amosito, quiero que estés sereno y sufras el dolor de mi muerte, con el estoicismo prudente y digno, con que yo vivo mis últimos instantes. Llevaos bien todos los hermanos, como hasta ahora y mimad a mama, cuya situación actual tanto lo necesita.
Lolita, mi hijita. Se siempre digna, limpia y honesta como eres. Estudia, lee y aprende. Así honrareis la memoria de papa y todos os seguirán queriendo como hasta aquí.
Paquito, hermoso. Yo sé que me necesitabas como todos, para completar vuestra formación personal y profesional pero ya que yo falte, obedeced a mamá, y a ese puñado de nobles amigos, entre los que hallareis consuelo, ayuda moral y dignos y saludables consejos.
Mi Aurorita, mi vida. Ya no serás como decías "la niña de mi vejez", pero te queda mamá y los hermanitos. Apoya en ellos tu cariño y tu ilusión.
¡Cuánto os quiero a todos! ¡Cuantos besos y ternuras me llevo en el alma, sin poder expresarlas y enviároslas de hecho como testimonio de mi cariño inmenso!
Tened todos en vuestra pena la dignidad y la prudencia más exquisitas y tened la seguridad y la esperanza de que la Justicia Eterna, velara por vosotros y por todos hoy y en el porvenir.
Conste que estoy tranquilo a pesar de que os pierdo y de que confiado, más en la situación serena de mi conciencia que en la justicia de los demás, llegué a creer como me decíais en la conmutación de mi condena.
La suerte no lo ha querido. ¡Cúmplase la voluntad de lo Alto y que Él demande a quien corresponda la responsabilidad moral de mi muerte.
Constante, hermano querido, no decaiga tu ánimo ni tu ilusión de vivir. Te necesitan todos; los tuyos y los míos, que desde ahora son tuyos también. Te instituyo heredero de mi paternidad, para guía y amparo de mis hijos. A la hermana, ¡pobrecita! Qué tenga mejor suerte que hasta ahora y vea pronto con ella a sus hijos y a su pobre marido. Yo voy a unirme con nuestros viejos y con nuestros hermanos.
Consuela a Dolores y a mis hijos. Que no me lloren Que me recuerden y me imiten en la conducta moral que mi vida señala
A Sotillos, Feli, Fina, Anita y familia; a la abuela Petrilla, Maldonado. A Juliana, tus hijos, Miguel. A todos con mi despedida eterna, les envío gratitud cariño, cuanto puedo dar en esta hora póstuma de mi vida.
¡Cuantas cosas os diría! Sois mi vida mi mayor asidero a ella. No sufráis y sed como fui con todos, hasta con los adversarios y si algún día mis restos pueden descansar eternamente en Vallecas, llevadme a su cementerio y así estaré cerca de lo que tanto quiero y del pueblo en cuyo servicio rindo el tributo de mi vida.
Adiós a todos y para siempre. En el último fulgor de mi vida corresponder al ultimo adiós a vosotros amados míos.
Os envío como ultimo testimonio de cariño, mis besos más puros más amantes más dignos de la pasión nobilísima que vuestro recuerdo inspira a mi corazón.
Dolores, hijitos, no sé como terminar, aun no creo que estas son mis ultimas palabras y sin embargo así es. Que la suerte os haga leve esta pena y la vida os depare motivos de pronto y eficaz consuelo. Yo os bendigo y os despido para siempre, queriendo dejaros en estos renglones todo lo bueno, todo lo mas amante de mi ser, para que viva eternamente entre vosotros y sea vuestro amparo y vuestro consuelo en los días más amargos del futuro. Y en la aurora de paz y de justicia que ha de llegar para nuestra amada patria y para vosotros los que sin culpa ni motivo, recogéis esta cosecha de pasiones y este quebranto incomparable.
¡Adiós, adiós todos, alma de mi alma, millones de besos y ternuras de este infortunado que os adora y ve acercarse el momento de morir. Sed buenos. Hasta la eternidad
Amós Acero, una vida por Vallecas (Cástor Bóveda. Ediciones de La Torre)
CAYETANO REDONDO ACEÑA (21-05-1940)

Cayetano Redondo era, según quienes lo conocieron, una persona entrañable. Periodista de profesión, conocía bien el oficio en sus múltiples facetas, empezó como tipógrafo, fue redactor y llegó a ser director de El Socialista. Militante de las Juventudes Socialistas, de la UGT y del PSOE mantuvo una posición política próxima al socialismo moderado, algo difícil en una época de grandes convulsiones sociales y de posturas radicales. Al final de la guerra civil fue fusilado y como tantos otros quedó en el olvido.
Provenía de una familia de origen humilde, su padre trabajaba como ordenanza -o portero- en el Alcázar de Segovia y allí nació el 7 de agosto de 1988; en 1892 se trasladaron a Madrid asistiendo Cayetano a las Escuelas Pías de Lavapiés; al ser el mayor de tres varones tuvo que empezar a trabajar con 14 años, comenzando en una sastrería y luego en una imprenta. En 1904 empezó a estudiar tipografía, siendo alumno modelo de Juan José Morato y de Matías Gómez Latorre en la Escuela de Aprendices Tipógrafos de la Asociación General del Arte de Imprimir creada por Antonio García Quejido, obteniendo siempre primeros premios y felicitaciones del Jurado.
Se casó en 1913 con Asunción Martín, con quien tuvo tres hijos y una hija. En 1917 trabajó como oficial cajista de la imprenta del Ministerio de Fomento, en 1921 ingresó en la Asociación de la Prensa de Madrid y por entonces ya era redactor del El Socialista, diario al que dedicó 13 años de trabajo, escribiendo comentarios, reseñas e informaciones y ayudando a levantar un periódico sumido en una crisis profunda ya que después de los hechos revolucionarios de 1917 se vio reducido a apenas una hoja con una tirada de 1.500 a 2.000 ejemplares. Con el esfuerzo tenaz de un grupo de socialistas se remontó la crisis llegando en 1920 a 15.000 ejemplares diarios –los extraordinarios del Primero de Mayo alcanzaban cifras muy superiores llegando en 1925 a 89.000 ejemplares–. El diario llegó a contar con colaboraciones de conocidos dirigentes como Pablo Iglesias, Julián Besteiro, Antonio García Quejido, Indalecio Prieto … y escritores, filósofos o profesores como Ramón Pérez de Ayala, José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Pedro Dorado Montero, Joaquín Dicenta … Cayetano trabajó como redactor desde junio de 1918, como redactor-jefe desde 1925, fue subdirector en 1927 y director desde marzo de 1930 a junio de 1931; en 1933 pasó a dirigir el Boletín de la UGT, también fue director de Renovación (órgano de las J.S. desde 1931 a 1936), director de El Trabajo (órgano de la Sociedad de Albañiles) y de La Edificación (órgano de la Federación Local de la Edificación de Madrid). Hay que destacar su natural modestia al no firmar sus artículos en ninguno de los periódicos que dirigió, y por otro lado, hay que decir que El Socialista durante muchos años apenas pudo pagar a sus redactores. Al mismo tiempo y desde 1931 trabajó como oficial auxiliar de Artes Gráficas en el Instituto Geográfico Catastral y Estadístico.
Desde joven tuvo una intensa actividad política como sindicalista en la Asociación del Arte de Imprimir y en la Federación Gráfica Española; se incorporó en 1904 a las recién fundadas Juventudes Socialistas de Madrid –JSM–, escribiendo los primeros manifiestos dirigidos a las mujeres y en contra del alistamiento militar de los jóvenes; suyo es el famoso manifiesto de 1909 contra la guerra de Marruecos; llegó a ser Presidente de las JSM y en 1910 entró en el Comité Nacional de la Federación de las Juventudes Socialistas de España –JSE–, siendo su Presidente en 1925.
“Buen escritor y orador claro y profundo, sin latiguillos y arengas al viejo estilo, daba siempre una sensación de serenidad y un sentido de respeto para las ideas ajenas, que le granjeaban la estimación de propios y extraños. Se puede decir en justicia que nuestro querido compañero no dejó tras de si ni odio ni rencor”, dice de él Andrés Saborit, “…Redondo era la modestia personificada. Sin afanes polémicos pasó por los cargos que desempeñó con la mayor sencillez y como si su principal obsesión fuera la de no herir susceptibilidades ajenas. En todo fue bueno, cordial, humanitario y sentimental”.
Fue elegido concejal por el distrito de Chamberí de Madrid en 1931, en las elecciones que trajeron la república, en unión con Fernando Coca y Niceto Alcalá Zamora, desempeñando los cargos de concejal-delegado de asistencia social y teniente de alcalde por el distrito de Universidad. El 28 de junio de 1931 fue elegido diputado por Segovia para las Cortes Constituyentes de la Segunda República Española por el Partido Socialista, siendo miembro de la comisión de presupuestos, de la comisión de investigación de los sucesos de Sevilla del 30 de julio de 1931, ponente de la de instrucción pública y designado para recibir al Gobierno Provisional en la sesión de apertura de las Cortes el 14 de julio de 1931, terminó la legislatura el 9 de octubre de 1933.
En 1921 la familia vivía en el Paseo de la Dirección 25; en este edificio también viviría poco tiempo después Wenceslao Carrillo; los hijos de ambos eran por entonces compañeros de juegos aunque en el futuro se distanciarían políticamente, especialmente Mariano, el segundo hijo de Cayetano; Mariano se casaría con Paz, la hija del dirigente socialista Manuel Muiño Arroyo, también diputado en las Cortes de 1931 (por Badajoz), miembro de la Comisión Ejecutiva de la UGT en 1933 y de la Comisión Ejecutiva del PSOE durante el exilio de 1948 a 1970 y de la UGT de 1948 a 1971. En 1928 la familia se trasladó a Gonzalo de Córdoba 14.
Lector y estudioso empedernido desde joven “…sus ojillos de miope todo lo registraban y su cerebro todo lo anotaba. Aprendió francés, que hablaba y escribía. Aprendió Esperanto y se carteaba con socialistas de Japón, Finlandia, Austria y otros cien países de la Tierra”(1). Fue un activo esperantista, fundando en 1928 el Grupo de Trabajadores Esperantistas y manteniendo su compromiso con el esperanto en las Cortes, junto a Francisco Azorín Izquierdo y Rodrigo Armada. Presidió el IX Congreso de Español-Esperanto celebrado en Madrid en 1932 y mantuvo una rúbrica periódica en El Socialista.
Durante la Guerra Civil Española, el 11 de noviembre de 1936 y tras la marcha del alcalde de Madrid Pedro Rico a Valencia, reunió a todos los concejales en la Casa de la Villa y allí fue elegido por Alcalde por unanimidad, cargo que ejerció durante los tiempos más duros de la Defensa de Madrid. El día 13, moría su hijo mayor Paco, sargento con el coronel Mangada, en el Puente de los Franceses, junto a la Casa de Campo de Madrid.
El 23 de abril de 1937 dejó la Alcaldía pasando a la Diputación Provincial de Madrid y en octubre dirigió en Barcelona una secretaría auxiliar del PSOE para apoyar a La Agrupación de Refugiados Socialistas (que agrupaba a 4.000 refugiados procedentes de otras zonas de España), para impulsar la edición de El Socialista, que tendría una edición propia en Barcelona, y para promover la afiliación directa al PSOE frente a la integración en el PSUC. Estas tareas las impulsaba un núcleo de dirigentes que rehuían la integración con el PSUC y estaban cerca del Grup Cultural Pablo Iglesias.
Su posición moderada dentro del socialismo le llevó a una situación incómoda y en 1938 el ministro de la Gobernación le apartó de su puesto y pasó a ser comisario del PSOE en el IX Cuerpo de Ejército en el Frente de Andalucía, bajo el mando del coronel de Ingenieros y compañero socialista Francisco Menoyo Baños; el Cuartel General estaba en Úbeda y el frente cubría desde el río Guadalmellato hasta el mar. Cayetano estuvo en su puesto hasta el fin de la guerra y aunque en los últimos meses tuvo la oportunidad de salir de España ayudado por su hijo José, jefe de la 1ª Escuadrilla de I-16, aviones conocidos popularmente como “moscas”, no quiso abandonar a los suyos.
El 28 de marzo de 1939 desde la radio de Jaén, junto con Francisco Menoyo recomendaron calma a los combatientes y población civil; fue detenido el día siguiente en el despacho del Cuartel General, pasando por las cárceles de Baza (Granada), Jaén y Madrid (Torrijos). En los 14 meses en que estuvo encarcelado no dejó de leer y estudiar; perfeccionaba su inglés, mientras enseñaba a leer a otros presos. Su mujer también fue encarcelada lo que dejó a su hija Julia, de trece años, sin custodia.
Acusado y condenado por "auxilio a la rebelión" fue depurado profesionalmente, condenado a muerte y fusilado el 21 de mayo de 1940 en las tapias del Cementerio del Este (hoy de la Almudena). Andrés Saborit cuenta que “pudo morir tranquilo gritando a pecho lleno: ¡Viva el Socialismo!, porque no tenía culpas que pagar”. No se comunicó la muerte ni a su mujer ni a su hija que se enteraron posteriormente y de forma humillante, siendo su madre insultada por la direcotra de la prisión de Ventas, cuando le comunicó su fusilamiento.
Enterrado en una fosa común, mas tarde sus restos fueron trasladados y enterrados con los de José Gómez Osorio, el último Gobernador Civil republicano de Madrid, fusilado meses antes, gracias a la preocupación de la familia de este último. Su tumba se encuentra junto al lugar elegido en recuerdo de "Las Trece Rosas".
A pesar de su depuración profesional, que le eliminó del Registro Oficial de Periodistas (ROP), hurtando a su familia las ayudas del Montepío, el paso del tiempo permitió que en mayo de 1942 la Junta Directiva de la Asociación de la Prensa analizara la situación de Dª Asunción Martín, viuda de Cayetano, “teniendo en cuenta que dicha señora sobre carecer en absoluto de recursos de ninguna clase, tiene a su cargo dos hijos menores de edad (sic), se estudió el caso prevaleciendo el criterio de equipararlo al de los semejantes que se presentan por el Estado y el Municipio en donde se reconocen y respetan los derechos pasivos de las viudas e hijos de los ejecutados o condenados o a penas aflictivas en los consejos de guerra celebrados por delitos contrarios al Glorioso Movimiento Nacional“ y acuerda conceder una pensión de viudedad de 1.800pta anuales.
Su persona fue olvidada por el Ayuntamiento de Madrid durante mucho tiempo, pero desde 2006 en el barrio de Sanchinarro una calle lleva su nombre.

jueves, 26 de junio de 2008
JULIÁN ZUGAZAGOITIA MENDIETA (09-11-1940)

Julián Zugazagoitia Mendieta nació en Bilbao el 5 de febrero de 1899. Periodista. Hijo de Fermín Zugazagoitia Aranguren, fundidor en Altos Hornos, que fue presidente de la AS de Bilbao (Vizcaya) y concejal por el distrito de San Francisco en el ayuntamiento de dicha localidad de 1905 a 1909. Julián ingresó en las Juventudes Socialistas de Bilbao en 1914. Trabajaba en la Cooperativa Socialista de la Casa del Pueblo que dirigía su padre y, al fallecer éste, comenzó a trabajar como tenedor de libros y más tarde como contable en una empresa. Por su participación en la huelga general de agosto de 1917 estuvo preso en la cárcel de Larrinaga. En 1920 era presidente de las Juventudes Socialistas de Bilbao y colaboraba en El Liberal y La Lucha de Clases, semanario socialista del que fue director en 1921. En 1923 obtuvo por oposición un empleo en el ayuntamiento de Bilbao y en agosto de ese mismo año fue condenado a tres años, seis meses y once días de destierro por un artículo contra el doctor Revilla de Bilbao publicado en La Lucha de Clases. Cumplió destierro en Madrid y Santoña (Santander). En Madrid ingresó en la AS el 1 de julio de 1924 y trabajó en la redacción de El Socialista invitado por Andrés Saborit. En marzo de 1925 se trasladó a Santoña, donde trabajó en la Compañía Exportadora de Conservas de Pescado y donde fue secretario de la Federación de Fabricantes de Conservas de la UGT. En este pueblo cántabro escribió su trilogía de biografías noveladas y dedicadas a Pablo Iglesias (Una vida heroica, 1925), a Tomás Meabe (Una vida humilde, 1925) y a un apasionado socialista con ciertos rasgos autobiográficos (Una vida anónima, 1927). Además colaboró en El Liberal de Bilbao con la sección “Temas del mar” firmados con su nombre o como «Fermín Mendieta». En enero de 1927 dirigió la revista Cuadernos de Trabajo Socialista (Bilbao) de la que se publicaron cinco números. En torno a 1929, regresó a Bilbao, publicando la que sería también una trilogía, dedicada al mundo de la huelga y la vida socialista: El Botín (1929) “Beni en el Bilbao enriquecido por la primera guerra mundial”; El asalto (1930) “Perezagua en las cuencas mineras vizcaínas” y Trabajos clandestinos (esta última inédita y escrita en la cárcel de Madrid en 1934) “Prieto y su activa participación en los sucesos revolucionarios de Asturias”. Fue elegido concejal del ayuntamiento de Bilbao en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y fue candidato por Vizcaya-provincia y Badajoz en las elecciones generales de 1931, siendo elegido diputado por esta última circunscripción en la segunda vuelta electoral en julio de 1931, formando parte de la Comisión de Marina. En abril de 1932 fue nombrado director interino de El Socialista y confirmado en dicho puesto por el XIII Congreso del PSOE celebrado en octubre de ese mismo año. En 1933 fue candidato del PSOE por Vizcaya-capital en las elecciones generales no saliendo diputado al “sacrificarle” sus propios compañeros socialistas votando a Manuel Azaña para que éste lograra escaño junto a Indalecio Prieto. Por su participación en la revolución de octubre de 1934 estuvo preso en la cárcel Modelo de Madrid. Perteneció al sector de centro del PSOE. Fue elegido diputado por Vizcaya-capital en las elecciones generales de 1936. Comenzada la guerra civil fue vicepresidente de la Asociación de la Prensa de Madrid desempeñando ese puesto hasta diciembre de 1936 y siguió en la dirección de El Socialista hasta que fue nombrado por Negrín, ministro de Gobernación en mayo de 1937. Cesó en Gobernación en la remodelación ministerial de abril de 1938 ocupándose desde entonces hasta el final de la guerra de la secretaría general del Ministerio de Defensa, formando parte además de la Diputación Permanente de las Cortes desde octubre de 1938. Exiliado en París, donde dirigió la revista Norte y comenzó a colaborar en el diario bonaerense La Vanguardia, publicando sus testimonios sobre la guerra civil que fueron reunidos en 1940 en forma de libro titulado Historia de la guerra de España. Ese mismo año publicó en Norte su libro Madrid. Carranza 20. El 12 de octubre de 1939 escribió a la Embajada de México en Francia preguntando sobre la posibilidad de obtener visado para trasladarse a dicho país. La Embajada le contestó que desde el mes de septiembre anterior, con el inicio de la guerra mundial, se había suspendido el régimen excepcional y las grandes facilidades que acompañaban a las “visas especiales”. El 27 de julio de 1940 fue detenido por la Gestapo en París, permaneciendo unos cuantos días en la cárcel de La Santé donde, interrogado por la policía alemana, manifestó haber sido ministro de la República española y ante las caras de incredulidad de los policías les increpó: “no creo que España tenga que sentirse avergonzada de que yo, un periodista humilde, haya desempeñado una cartera ministerial. Tampoco creo que ustedes, los alemanes, tengan que sorprenderse de que un hombre de mi profesión haya desempeñado cargos de gobierno, cuando ustedes, en su país, tienen en honor estar dirigidos por un antiguo pintor de puertas…”. El 31 de julio fue entregado a la policía española junto con Cruz Salido, Peiró y Companys. Trasladado a España estuvo detenido en la Dirección General de Seguridad y en la cárcel de Porlier. En Consejo de Guerra celebrado el 21 de octubre de 1940 en Madrid fue condenado a pena de muerte junto con Francisco Cruz Salido, Teodomiro Menéndez, Cipriano Rivas-Xerif, Miguel Salvador y Carlos Montilla. Estos cuatro últimos recibieron la conmutación de la pena capital y Francisco Cruz Salido y Julián Zugazagoitia fueron ejecutados junto a las tapias del Cementerio del Este de Madrid el 9 de noviembre de 1940.

La obra narrativa de Zugazagoitia, en la que prima lo testimonial, se circunscribe a tres novelas: Una vida anónima (1927), El botín (1929), y El asalto (1930). En Una vida anónima, el protagonista es un obrero metalúrgico que se difumina en la gran historia de su tiempo, sin contar para nada en el proceso que se va tejiendo a su alrededor. Con esta novela, Zugazagoitia inaugura la corriente de la novela de compromiso que ya contiene, parcialmente, muchos de los elementos de lo que en los años cincuenta se denominará como narrativa social. Es, pues, un pionero dentro de un género que gozó de gran éxito durante más de dos décadas, y que hoy, bajo diferentes formas narrativas, sigue vigente.
Por otra parte, el ilustre vasco aún tiene otra faceta por la cual merece el reconocimiento literario: la de innovador en la técnica de novelar. Acerca de esto dijo el escritor José Díaz Fernández en el periódico El sol (8 -6-1930), aludiendo a la novela El asalto: "El procedimiento empleado por el autor, combinando historia y ficción, es realmente nuevo entre nosotros los españoles, y puede servir para dar un radio más extenso a este tipo de literatura obrerista. La entrada de elementos nuevos en el agotado campo de los asuntos novelescos significará probablemente, un enriquecimiento del género".
Hay que añadir que Julián Zugazagoitia dedicó su vida, desde edad muy temprana, no sólo a la pluma sino también al socialismo. En abril de 1931 fue elegido concejal del ayuntamiento de su ciudad natal, hecho con el que se inicia su vida política pública. Llegó a ser ministro de la Gobernación en el gabinete formado por Negrín el 17 de mayo de 1937, puesto en el cual permaneció hasta abril de 1938. Desde este año hasta el final de la guerra, desempeñaría la Secretaría General de Defensa Nacional.
Tras la ocupación alemana de Francia, Zugazagoitia fue detenido en París por la Gestapo, que lo entregaría a las autoridades franquistas españolas. Más de un año después de terminada la guerra, en noviembre de 1940, era fusilado, tras un juicio sumarísimo, en las tapias del cementerio de la zona este de Madrid.[...]"
miércoles, 25 de junio de 2008
PABLO YAGÜE ESTEBARÁN (19-05-1943)

“El 23 de diciembre de 1936 fue herido de bala volviendo a Madrid por la carretera de Alcalá de Henares. Le disparó un miembro del partido. El acto fue condenado como atentado, achacado a las diferencias internas del partido, entre comunistas y anarquistas. Pero no está claro que fuese premeditado, había un control de entrada, trataron de que no siguiese y él continuó, hay versiones que cuentan que contestó mal al que le paró (lo que no justificaría un disparo tampoco)... Aunque según me contó mi abuela, la sensación que él tuvo fue que habían preparado la excusa, como a quien le dan el "paseíllo". La teoría de su hermana es que había sido una conspiración porque había miembros del partido que le tenían envidia y querían "quitarle de en medio". Sea lo que fuese, los que formaban el control fueron detenidos, juzgados y puestos en libertad pocos días después.(…)
Para la familia la guerra fue un “sin vivir”, siempre huyendo, con lo justo. Como solía saber con antelación cuándo y dónde iban a bombardear, enviaba un coche del partido para trasladar a mi abuela y sus hijos a un lugar "seguro", fueron llevándoles por toda España. Cuando tomaron Madrid pudo irse, exiliarse, pero no quiso, siguió luchando por sus ideales, intentó dar la vuelta a la situación. A veces les despertaban de madrugada para avisar de que venían a buscarle y tenían que salir corriendo.(…) Fue condenado a muerte y después absuelto o algo así y puesto en libertad. La segunda vez que le detuvieron, fue ya en el 43. Según algunos artículos fue también miembro del Comité Provincial de Madrid del PCE. Marcos Ana dice que era bueno como un pan candeal y que todo el mundo recurría a él para pedirle consejo. Cipriano Mera, en su biografía, confirma que su ideal era la unidad de la izquierda.”
Abastos Pablo Yagüe que convalece de sus heridas. (Foto Alfonso)