Nació en Villaseca de la Sagra (Toledo) el 31 de marzo de 1893. Hijo de Salustiano Acero y Aquilina Pérez Gómez. Diputado socialista, colaborador de el periódico El Socialista y alcalde de Vallecas desde 1931 a 1939. Estudió Magisterio en la Escuela Normal de Madrid y dio clases gratuitas a muchos niños del barrio y a personas mayores. Salió para alicante en compañía de Carlos Rubiera y su familia. Fue detenido y procesado acusado de pertenecer a la Casa del Pueblo de Vallecas y de ser defensor de la "resistencia a toda costa", de carecer de ideas religiosas y de hacer burla y escarnio de la fé católica.
"Amós, en su juventud, era un hombre de presencia elegante y distinguida....era un hombre delgado y de mediana estatura; su cara reflejaba sus hermosos sentimientos y su noble manera de ser; en sus ojos de color oscuro, se veía lealtad, inteligencia y dulzura; ojos que sabían apreciar la belleza en todo lo que veían; tenía un nervioso y fuerte temperamento.... ; Amós tenía una magnifica oratoria y una voz clara y sonora.... era un hombre muy simpático con un corazón sincero y lleno de ternura...en el fondo era un romántico de grandes ideales y sueños....;su sinceridad y conocimiento de cosas y hechos, hacían de él una persona muy atractiva para todos cuantos le trataban...su gran sensibilidad, le hacía sufrir muchas veces, porque le hacía ver que no todo era honrado en los hombres y en muchos de los cuales había creído sinceramente...; siempre había en sus labios una palabra de conmiseración y cariño para aquel que la necesitaba...". Así, desde la añoranza y la melancolía de los que saben haber perdido un ser querido, describía su hija Dolores (Lolita, como Amós la llamaba), penúltima de un fructífero matrimonio de cinco hijos, a su padre, primer alcalde democrático y socialista de Vallecas. "Amós era un hombre muy valiente y seguro de sí mismo, con un alma pura, noble y llena de bondad; tenía una gran personalidad y jamás podré olvidarle"; y así, desde la frialdad y la monotonía, de los que saben que un ser querido va a morir, lo definía el sacerdote que habló con el último alcalde democrático y socialista de Vallecas antes de que con los ojos destapados por propia voluntad, acudiera a su encuentro con la muerte delante de un pelotón de militares franquistas, como tantos otros compañeros. Amós nació el 31 de Marzo de 1853 en Villaseca de la Sagra, un pequeño pueblo de Toledo ribereño del Tajo, río del cual dependían numerosas familias de la región, entre ellas la que nos ocupa. De este modo, pronto nuestro personaje se convirtió en improvisado y obligado pescador de agua dulce, para traer a casa lo justo para mantener a toda la familia, humilde linaje que a lo largo de su historia tantas calamidades pasó. Pronto, y con el dinero prestado por un amigo del pueblo, sació sus ansias de aprendizaje pudiendo acudir a Madrid a estudiar lo que él más deseaba: magisterio. Ser un hombre de provecho, de carrera, todo un reto que Amós se había planteado desde sus años de juventud. Quería ser maestro de niños, según él "una de las mayores ventajas de la vida, para empezar a conocer el alma y el corazón humano"; para conseguir una sociedad más justa e igualitaria había que enseñar nuevos valores a personas que posteriormente los pudieran desarrollar. Pero Amós, tras el día más feliz de su vida, el de su graduación, tuvo que seguir pescando en los períodos de tiempo que no tenía trabajo, para así ayudar a su padre a mantener a la familia en los tiempos de carestía. Amós encontró una improvisada profesión de la que adquirió gran sensibilidad con las personas, farmacéutico. Este trabajó lo desarrolló en Villaseca, Valdepeñas (donde conoció a su mujer Dolores) y en la céntrica calle Barquillo en Madrid. Este empeño, como he reseñado, marca un punto de inflexión en su vida. Allí conocía de primera mano los problemas que le contaban sus clientes y se fue labrando una fidelidad y reputación incontestable de todos los vecinos, los mismos que eran constantemente ayudados por Amós desde su puesto en la farmacia. Por estas causas Amós comenzó a leer libros de política, poco a poco empieza a acudir a las asambleas del partido, afiliándose al Partido Socialista y a las Escuelas Racionalistas en 1927. De esta forma se introdujo de lleno en los problemas que aquejaban al pueblo "y a la humanidad". La plaza que tanto había soñado Amós le llega de la mano del Partido Socialista que le ofrece trabajar como maestro en la Escuela Pablo Iglesias situada en la calle del mismo nombre. Es entonces cuando decide trasladarse a Vallecas (primero a la calle Doctor Salgado y posteriormente a Juan Navarro, tras su elección como Alcalde). Las primeras palabras a su llegada a Vallecas se las dirigió a su mujer: "¿Sabes que me gusta lo que hemos visto al entrar en este pueblo? Siento dentro de mí un regocijo extraño. Tengo la impresión de que me va a gustar vivir aquí". Se propuso estudiar en sus ratos libres para llegar a ser un buen político, sentía la necesidad de ser útil al pueblo, a la gente que le rodeaba. Ese mismo pueblo fue el que democráticamente, con legitimidad de origen por tanto, decidió nombrarle Alcalde, ya con el advenimiento de la II República el 14 de Abril de 1931. La honestidad y la claridad política de la que hacía gala Amós, NUESTRO Alcalde, quedó probada cuando recién investido dio órdenes de no aceptar ningún regalo; no quería que le pidieran la devolución de los mismos en forma de favores traicionando de esta forma su conciencia. "
Sumario nº 48.803
(Fuente vallecastodocultura.org)
75 años de la muerte de Amós Acero, primer alcalde democrático de Vallecas (vallecasweb.com)
Carta de capilla:
(Fuente vallecastodocultura.org)
75 años de la muerte de Amós Acero, primer alcalde democrático de Vallecas (vallecasweb.com)
Carta de capilla:
Mi esposa e hijos adorados:
Estoy viviendo las ultimas horas de mi vida y mi alma se va tras de vuestro recuerdo para llevaros toda la grandeza de mi cariño.
He tenido mala suerte; no ha servido la limpieza de mi vida y la nobleza de mi ejecutoria para impedirlás este desenlace de dolor y de lágrimas.
Me voy del mundo con la satisfacción y el orgullo de haber cumplido con mis deberes, sin daño ni quebranto de nadie. Sembré el bien por doquier hasta entre mis adversarios. La vida me recompensa así. Me siento orgulloso de encontrarme superior a los demás. Sentid también vosotros este digno orgullo mío, y que él sea el lenitivo que enjugue vuestras lágrimas y ahuyente vuestra pena.
No me duele morir, siendo inocente. Lo doloroso seria morir culpable.
Ya no podré pagaros con mis sacrificios y mis ternuras, la abundancia de cuidados y abnegaciones que en mí habéis derrochado. Pero este deber que con tal sublimidad habéis derrochado Dios y la vida os lo recompensaran.
Dolores, hijitos; no lloréis, no sufráis. Lo irremediable no debe haceros penar. Cuídate, no estás bien y los hijitos te necesitan ahora más que nunca. Bésalos por mí, tanto como yo les hubiese besado; erais el cariño y la preocupación más honda y dulce de mi vida.
Continúa su educación llevándolos siempre por la senda de la honradez, dignidad y nobleza por la que ya caminan impulsados por la ejemplaridad de nuestras vidas sencillas.
Solo por vosotros me cuesta tristeza abandonar la existencia y un dolor infinito me acongoja el pensar en los días que os esperan. Pero ¡animo y valor!. Ya vendrán para vosotros y para todos días mejores y mi nombre de sacrificado recuperara el rango moral que me pertenece y que no habrá logrado manchar nadie. Todo este pueblo me conoce y sabe que mi corazón solo tuvo capacidad para el bien.
Adivino el sentimiento general que producirá mi sacrificio en ese pueblo tan poco comprendido y mal interpretado por algunas gentes. Vaya también para él, mi amorosa despedida.
Muero por haberle servido, no en sus violencias ni en sus pasiones posibles, sino en sus humanas apetencias y justas necesidades. Mi obra, mi nombre y mis sueños, ahí quedan. no ignorados ni aun entre los adversarios que tan ligeramente han dado margen a este desenlace.
Oye, Dolores. En este instante supremo, como estimulo para morir orgulloso de mí mismo, vienen a mi memoria todas aquellas instrucciones hijas de mi iniciativa merced a las cuales sembré con entusiasmo entre tantos desvalidos, el lenitivo para sus dolores, la saciedad de su hambre, la moralidad a su conducta y el freno a sus pasiones. Esto me hace estar contento de mí mismo en esta hora suprema de mi vida. ¿Y mis niños de las escuelas? Trozos de corazón que fui dejando en mi camino.
Hijitos, imitadme siempre en mi conducta para con todos. Perdonad como yo les perdono, hasta a quienes os quitan mi amparo, mi cariño y os arrancan las más dolorosas lágrimas de vuestro vivir.
Gonzalo, estudia y trabaja, hijo mío. Por mama, por tus hermanos, por ti. Se digno de Serafina siempre y piensa que por sus virtudes y su abnegación yo la hubiera llamado con satisfacción, mi hija muy querida.
Amosito, quiero que estés sereno y sufras el dolor de mi muerte, con el estoicismo prudente y digno, con que yo vivo mis últimos instantes. Llevaos bien todos los hermanos, como hasta ahora y mimad a mama, cuya situación actual tanto lo necesita.
Lolita, mi hijita. Se siempre digna, limpia y honesta como eres. Estudia, lee y aprende. Así honrareis la memoria de papa y todos os seguirán queriendo como hasta aquí.
Paquito, hermoso. Yo sé que me necesitabas como todos, para completar vuestra formación personal y profesional pero ya que yo falte, obedeced a mamá, y a ese puñado de nobles amigos, entre los que hallareis consuelo, ayuda moral y dignos y saludables consejos.
Mi Aurorita, mi vida. Ya no serás como decías "la niña de mi vejez", pero te queda mamá y los hermanitos. Apoya en ellos tu cariño y tu ilusión.
¡Cuánto os quiero a todos! ¡Cuantos besos y ternuras me llevo en el alma, sin poder expresarlas y enviároslas de hecho como testimonio de mi cariño inmenso!
Tened todos en vuestra pena la dignidad y la prudencia más exquisitas y tened la seguridad y la esperanza de que la Justicia Eterna, velara por vosotros y por todos hoy y en el porvenir.
Conste que estoy tranquilo a pesar de que os pierdo y de que confiado, más en la situación serena de mi conciencia que en la justicia de los demás, llegué a creer como me decíais en la conmutación de mi condena.
La suerte no lo ha querido. ¡Cúmplase la voluntad de lo Alto y que Él demande a quien corresponda la responsabilidad moral de mi muerte.
Constante, hermano querido, no decaiga tu ánimo ni tu ilusión de vivir. Te necesitan todos; los tuyos y los míos, que desde ahora son tuyos también. Te instituyo heredero de mi paternidad, para guía y amparo de mis hijos. A la hermana, ¡pobrecita! Qué tenga mejor suerte que hasta ahora y vea pronto con ella a sus hijos y a su pobre marido. Yo voy a unirme con nuestros viejos y con nuestros hermanos.
Consuela a Dolores y a mis hijos. Que no me lloren Que me recuerden y me imiten en la conducta moral que mi vida señala
A Sotillos, Feli, Fina, Anita y familia; a la abuela Petrilla, Maldonado. A Juliana, tus hijos, Miguel. A todos con mi despedida eterna, les envío gratitud cariño, cuanto puedo dar en esta hora póstuma de mi vida.
¡Cuantas cosas os diría! Sois mi vida mi mayor asidero a ella. No sufráis y sed como fui con todos, hasta con los adversarios y si algún día mis restos pueden descansar eternamente en Vallecas, llevadme a su cementerio y así estaré cerca de lo que tanto quiero y del pueblo en cuyo servicio rindo el tributo de mi vida.
Adiós a todos y para siempre. En el último fulgor de mi vida corresponder al ultimo adiós a vosotros amados míos.
Os envío como ultimo testimonio de cariño, mis besos más puros más amantes más dignos de la pasión nobilísima que vuestro recuerdo inspira a mi corazón.
Dolores, hijitos, no sé como terminar, aun no creo que estas son mis ultimas palabras y sin embargo así es. Que la suerte os haga leve esta pena y la vida os depare motivos de pronto y eficaz consuelo. Yo os bendigo y os despido para siempre, queriendo dejaros en estos renglones todo lo bueno, todo lo mas amante de mi ser, para que viva eternamente entre vosotros y sea vuestro amparo y vuestro consuelo en los días más amargos del futuro. Y en la aurora de paz y de justicia que ha de llegar para nuestra amada patria y para vosotros los que sin culpa ni motivo, recogéis esta cosecha de pasiones y este quebranto incomparable.
¡Adiós, adiós todos, alma de mi alma, millones de besos y ternuras de este infortunado que os adora y ve acercarse el momento de morir. Sed buenos. Hasta la eternidad
Estoy viviendo las ultimas horas de mi vida y mi alma se va tras de vuestro recuerdo para llevaros toda la grandeza de mi cariño.
He tenido mala suerte; no ha servido la limpieza de mi vida y la nobleza de mi ejecutoria para impedirlás este desenlace de dolor y de lágrimas.
Me voy del mundo con la satisfacción y el orgullo de haber cumplido con mis deberes, sin daño ni quebranto de nadie. Sembré el bien por doquier hasta entre mis adversarios. La vida me recompensa así. Me siento orgulloso de encontrarme superior a los demás. Sentid también vosotros este digno orgullo mío, y que él sea el lenitivo que enjugue vuestras lágrimas y ahuyente vuestra pena.
No me duele morir, siendo inocente. Lo doloroso seria morir culpable.
Ya no podré pagaros con mis sacrificios y mis ternuras, la abundancia de cuidados y abnegaciones que en mí habéis derrochado. Pero este deber que con tal sublimidad habéis derrochado Dios y la vida os lo recompensaran.
Dolores, hijitos; no lloréis, no sufráis. Lo irremediable no debe haceros penar. Cuídate, no estás bien y los hijitos te necesitan ahora más que nunca. Bésalos por mí, tanto como yo les hubiese besado; erais el cariño y la preocupación más honda y dulce de mi vida.
Continúa su educación llevándolos siempre por la senda de la honradez, dignidad y nobleza por la que ya caminan impulsados por la ejemplaridad de nuestras vidas sencillas.
Solo por vosotros me cuesta tristeza abandonar la existencia y un dolor infinito me acongoja el pensar en los días que os esperan. Pero ¡animo y valor!. Ya vendrán para vosotros y para todos días mejores y mi nombre de sacrificado recuperara el rango moral que me pertenece y que no habrá logrado manchar nadie. Todo este pueblo me conoce y sabe que mi corazón solo tuvo capacidad para el bien.
Adivino el sentimiento general que producirá mi sacrificio en ese pueblo tan poco comprendido y mal interpretado por algunas gentes. Vaya también para él, mi amorosa despedida.
Muero por haberle servido, no en sus violencias ni en sus pasiones posibles, sino en sus humanas apetencias y justas necesidades. Mi obra, mi nombre y mis sueños, ahí quedan. no ignorados ni aun entre los adversarios que tan ligeramente han dado margen a este desenlace.
Oye, Dolores. En este instante supremo, como estimulo para morir orgulloso de mí mismo, vienen a mi memoria todas aquellas instrucciones hijas de mi iniciativa merced a las cuales sembré con entusiasmo entre tantos desvalidos, el lenitivo para sus dolores, la saciedad de su hambre, la moralidad a su conducta y el freno a sus pasiones. Esto me hace estar contento de mí mismo en esta hora suprema de mi vida. ¿Y mis niños de las escuelas? Trozos de corazón que fui dejando en mi camino.
Hijitos, imitadme siempre en mi conducta para con todos. Perdonad como yo les perdono, hasta a quienes os quitan mi amparo, mi cariño y os arrancan las más dolorosas lágrimas de vuestro vivir.
Gonzalo, estudia y trabaja, hijo mío. Por mama, por tus hermanos, por ti. Se digno de Serafina siempre y piensa que por sus virtudes y su abnegación yo la hubiera llamado con satisfacción, mi hija muy querida.
Amosito, quiero que estés sereno y sufras el dolor de mi muerte, con el estoicismo prudente y digno, con que yo vivo mis últimos instantes. Llevaos bien todos los hermanos, como hasta ahora y mimad a mama, cuya situación actual tanto lo necesita.
Lolita, mi hijita. Se siempre digna, limpia y honesta como eres. Estudia, lee y aprende. Así honrareis la memoria de papa y todos os seguirán queriendo como hasta aquí.
Paquito, hermoso. Yo sé que me necesitabas como todos, para completar vuestra formación personal y profesional pero ya que yo falte, obedeced a mamá, y a ese puñado de nobles amigos, entre los que hallareis consuelo, ayuda moral y dignos y saludables consejos.
Mi Aurorita, mi vida. Ya no serás como decías "la niña de mi vejez", pero te queda mamá y los hermanitos. Apoya en ellos tu cariño y tu ilusión.
¡Cuánto os quiero a todos! ¡Cuantos besos y ternuras me llevo en el alma, sin poder expresarlas y enviároslas de hecho como testimonio de mi cariño inmenso!
Tened todos en vuestra pena la dignidad y la prudencia más exquisitas y tened la seguridad y la esperanza de que la Justicia Eterna, velara por vosotros y por todos hoy y en el porvenir.
Conste que estoy tranquilo a pesar de que os pierdo y de que confiado, más en la situación serena de mi conciencia que en la justicia de los demás, llegué a creer como me decíais en la conmutación de mi condena.
La suerte no lo ha querido. ¡Cúmplase la voluntad de lo Alto y que Él demande a quien corresponda la responsabilidad moral de mi muerte.
Constante, hermano querido, no decaiga tu ánimo ni tu ilusión de vivir. Te necesitan todos; los tuyos y los míos, que desde ahora son tuyos también. Te instituyo heredero de mi paternidad, para guía y amparo de mis hijos. A la hermana, ¡pobrecita! Qué tenga mejor suerte que hasta ahora y vea pronto con ella a sus hijos y a su pobre marido. Yo voy a unirme con nuestros viejos y con nuestros hermanos.
Consuela a Dolores y a mis hijos. Que no me lloren Que me recuerden y me imiten en la conducta moral que mi vida señala
A Sotillos, Feli, Fina, Anita y familia; a la abuela Petrilla, Maldonado. A Juliana, tus hijos, Miguel. A todos con mi despedida eterna, les envío gratitud cariño, cuanto puedo dar en esta hora póstuma de mi vida.
¡Cuantas cosas os diría! Sois mi vida mi mayor asidero a ella. No sufráis y sed como fui con todos, hasta con los adversarios y si algún día mis restos pueden descansar eternamente en Vallecas, llevadme a su cementerio y así estaré cerca de lo que tanto quiero y del pueblo en cuyo servicio rindo el tributo de mi vida.
Adiós a todos y para siempre. En el último fulgor de mi vida corresponder al ultimo adiós a vosotros amados míos.
Os envío como ultimo testimonio de cariño, mis besos más puros más amantes más dignos de la pasión nobilísima que vuestro recuerdo inspira a mi corazón.
Dolores, hijitos, no sé como terminar, aun no creo que estas son mis ultimas palabras y sin embargo así es. Que la suerte os haga leve esta pena y la vida os depare motivos de pronto y eficaz consuelo. Yo os bendigo y os despido para siempre, queriendo dejaros en estos renglones todo lo bueno, todo lo mas amante de mi ser, para que viva eternamente entre vosotros y sea vuestro amparo y vuestro consuelo en los días más amargos del futuro. Y en la aurora de paz y de justicia que ha de llegar para nuestra amada patria y para vosotros los que sin culpa ni motivo, recogéis esta cosecha de pasiones y este quebranto incomparable.
¡Adiós, adiós todos, alma de mi alma, millones de besos y ternuras de este infortunado que os adora y ve acercarse el momento de morir. Sed buenos. Hasta la eternidad
Amós
8 comentarios:
soy la bisnieta de Teodoro Medina Garcia, estoy buscando información sobre el,creo que era amigo de amos
Hola Eva, por favor escribenos a la dirección del blog(fusilamientos.madridarrobayahoo.es)
Admirable Amós Acero, a quien quiera saber más, hay un libro en el que se cuenta en profundidad su vida y su muerte, ahi va la reseña.
Amós Acero. Una vida por Vallecas
Autor: Castor Bóveda
Ediciones de la Torre, Madrid 2009
ISBN: 978-84-7960-404-2
Un saludo, Manuel.
Publicarme esto, creo que es bueno.
Tubo que ser un gran hombre, creo que gracias a el yo vine a este mundo pues trajo a su hermana, mi abuela Devora a Madrid, si no hubiese sido asi mis padres no se habian conocido.
Soy Gabriel ( el yaye y petete) uno de tus tantos sobrinos nietos que no pudiste conocer.
Te quiero sin haberte conocido, te quiero como tantos que puedan haber leido el libro escrito de tu historia, Una vida por Vallecas, imposible de contener las lagrimas.
A tu faminia un mensaje:
Si leeis este parrafo quiero que sepais que estuve en la ciudad Europea que residis, esponia mi mujer pintura, si diese la casualidad de poder volver me gustaria conoceros.
Besos de uno de la familia.
SOY NIETO DE UNA PRIMA DE DE AMOS,PERO MI PADRE QUE ERA HIJO DE CELESTINA PEREZ OROZCO,NATIVA DE VILLASECA DE LA SAGRA,AFINCADA EN EL BARRIO DE ACECA,Y MI PADRE CONTABA DE MI ABUELA TENIA UN PRIMO QUE SIENDO ALFONSO XII
REY DE ESPAÑA,ERA ELECTRICISTA DEL REY,Y ESTE FAMILIAR CREO QUE SE LLAMABA
ABDON ACERO PEREZ,POSTERIOR CREO QUE MONTO UN TALLER ELECTRICO QUE YO CONOCI EN LA CALLE ABADES MADRID,Y YO HE ESTADO ALLI,SI UNO ERA MAESTRO Y OTRO ELECTRICISTA,SERIAN,HERMANOS,SI ALGUIEN ME PUEDE INFORMAR,MI CORREO ES
ruansol@gmail.com
Buen alcalde, que dejó en Vallecas el gran honor de ser el único barrio de Madrid que siempre ha ganado la izquierda. Y seguimos luchando por que así sea.
Y mi hijo estudió en el colegio de su mismo nombre
En su pueblo natal siempre ha sido un proscrito. Qué sinrazón!
Su memoria ignorada como la de otro insigne villasecano: el doctor Manuel Márquez. Ni el nombre de una calle ni nada. Triste país éste.
Soy sobrina de Amos Acero, y aunque no lo conocí es como si lo hubiese conocido, mi madre "su hermana" me hablo tanto de él que creo que conozco hasta los más pequeños detalles. Era un hombre integro y legal, muy comprometido con los derechos de los más necesitados. Para él lo más importante era culturizar al pueblo y que no hubiese nadie que tuviera desconocimiento de sus derechos, solía decir "según mi madre" un Pueblo culto es un pueblo que avanza, prospera y tiene ciudadanos más libres. A mi madre la inculcó el amor por el teatro.... en una ocasión la llevo a ver una obra que no logro recordar el nombre, pero era sobre la forma de educar de un maestro y en medio de la obre se levantó y dijo.... a sí se educa ¡viva Rafael! y todo el Mundo se levantó aplaudiendo. Era un gran hombre y su asesinato lo más injusto por parte de una derecha dictatorial, y asesina. Tu sobrina Leonor Sánchez Acero no perdona.
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